CELIAQUÍA - 13 de marzo de 2020
Aunque la celiaquía es un trastorno muy popularizado y del que se han realizado un sinfín de investigaciones, a día de hoy todavía se desconocen muchos detalles de la patología y existe una amplia variedad de falsos mitos e imprecisiones entorno a ella.
El primero de estos errores es que se suele considerar como una intolerancia alimentaria cuando en realidad es una enfermedad que afecta a todo el organismo y que está relacionada con el sistema inmunitario. Por el contrario, una intolerancia es una situación menos compleja y se produce cuando la persona que la sufre tiene problemas para digerir o asimilar ciertos componentes en el aparato digestivo.
Por otro lado, tampoco se puede clasificar la enfermedad celíaca como una alergia porque en ella intervienen unos anticuerpos muy específicos, como es el caso de los antitransglutaminasa, mientras que las alergias suelen estar reguladas por otra clasificación de anticuerpos de tipo IgE. Precisamente, esta particularidad ha hecho que los expertos y las autoridades alimentarias hayan centrado sus esfuerzos en investigar acerca de ella.
Si que es cierto que existe una alergia al trigo, pero no es del todo correcto relacionarla directamente con el gluten. Este trastorno no se produce por culpa del gluten, normalmente son varias proteínas diferentes del trigo las que afectan a los pacientes, mientras que el gluten es solo una pequeña parte por lo que tiene un tratamiento totalmente diferente.
Otro trastorno que se puede confundir por su relación y semejanza con los anteriores es la sensibilidad no celiaca al gluten. Esta situación afecta de manera muy concreta a los pacientes y los especialistas todavía no han averiguado cuál es su mecanismo de acción. Algunos de sus síntomas pueden ser: vómitos, dolor de cabeza o malestar general, y se presentan al poco de haber consumido algo de gluten. En los casos en los que la persona es alérgica al gluten, simplemente se retiran de la dieta del paciente los alimentos elaborados a partir del trigo, mientras que las personas celíacas o con sensibilidad no celíaca al gluten no pueden comer ningún alimento que contenga gluten, presente también en otros cereales como son la avena, el centeno o la cebada.
El punto de encuentro de estos trastornos es que todavía no existe ningún tratamiento específico para remediarlos y la única forma que se ha encontrado ha sido la de eliminar completamente el gluten de la dieta de las personas que sufren celiaquía o sensibilidad, y el trigo en el caso de los alérgicos a este cereal.
Afortunadamente, con el paso de los años se van viendo cada vez más productos sin gluten en los supermercados, lo que ha supuesto una mejora exponencial en la calidad de vida de los pacientes, quienes tienen la esperanza de que algún día se encuentre una cura o un tratamiento efectivo para su dolencia.
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