El estilo de vida saludable, los programas de cribado y el diagnóstico precoz son clave en la prevención del cáncer de colon, también llamado cáncer colorrectal, uno de los tumores más frecuentes en los países desarrollados. En el caso de España, este tipo de cáncer se sitúa en segundo lugar tras el cáncer de mama en mujeres y por detrás del cáncer de pulmón en hombres. Además, es la segunda causa de fallecimiento por cáncer.
Aunque son varios los factores de riesgo de esta enfermedad, entre ellos la edad, los antecedentes familiares y las enfermedades inflamatorias previamente diagnosticadas, el tipo de dieta basado en ciertos alimentos juega papel fundamental a la hora de aumentar el riesgo de padecer esta enfermedad.
Presta especial atención si alguno de estos alimentos se encuentra presente en tu dieta cotidiana:
- Carnes rojas: debido a la presencia de mioglobina, el consumo frecuente de cualquier carne muscular de mamífero, así como sus vísceras, podría desencadenar en la formación de compuestos probablemente cancerígenos en el intestino.
- Carnes ahumadas: el proceso de ahumado de las carnes genera compuestos nitrogenados similares a los que se emiten en la contaminación por tráfico, que pueden crear radicales libres que alteren el ADN celular.
- Embutidos: aparte de la mioglobina, la presencia de nitrosaminas en este tipo de alimentos, utilizado para mantener la estabilidad y el color, podrían aumentar el riesgo de mutaciones que den lugar a cáncer colorrectal, especialmente cuando se consumen de manera continuada. Un estudio de 2007 del Hospital Universitario Central de Asturias, en Oviedo, situaba a estos compuestos como uno de los principales responsables de la incidencia de este tipo de cáncer.
- Alimentos fritos: la generación de polímeros grasos en el aceite como resultado del calor que generan radicales libres, así como la aparición de acrilamidas por oxidación de azúcares en presencia del aminoácido asparagina, representan los principales problemas de este tipo de cocción. Por ello se aconseja evitar el uso de aceite para freír más de una vez, así como el freír a temperaturas excesivamente altas.
- Alimentos quemados: Cuando algún alimento (pan, carnes, entre otros,) se ha tostado demasiado y queda ennegrecido, contiene acrilamidas, que son el resultado de la oxidación de los azúcares, aumentando el riesgo de cáncer colorrectal, entre otros tipos de cáncer.
- Mermeladas y miel: Los altos índices glucémicos se encuentran directamente relacionados con el aumento de riesgo del cáncer de colon, especialmente al tratarse de un proceso en donde inciden los excesos de glucosa, la fermentación de la misma, la propensión a la obesidad y la vida sedentaria del perfil que suele abusar de los azúcares como aquellos presentes en las mermeladas, que son mayoritariamente azúcar, y en la miel, que no es más que azúcar en dilución con agua.
- Dulces, bollería y refrescos: Todos aquellos productos sobresaturados de azúcares libres que afectan negativamente al índice glucémico aumentan el riesgo de cáncer colorrectal.
- Helados mantecados: Igual que en el caso anterior, su alto contenido de azúcar hace que sea alimentos muy nocivos para la salud y aumenten el riesgo de padecer este tipo de cáncer.
- Pan blanco y de molde: Este tipo de pan aumentan el riesgo de cáncer al ser fuente de azúcares libres, por ello el único pan considerado una opción saludable y que no eleva el índice glucémico es el pan integral.
- Bebidas alcohólicas: El consumo de alcohol de moderado a excesivo está asociado con 1,2 a 1,5 más de riesgos mayores de cánceres de colon y de recto en comparación con un consumo nulo de este tipo de bebida.
Así que, si consumes de manera frecuente uno o más alimentos mencionados anteriormente, quizás sea momento de modificar tu dieta e implementar hábitos alimenticios más saludables, buscando alternativas que puedan reemplazar dichos alimentos y de esta manera evitar el aumento del riesgo de padecer este y otros tipos de cáncer.
Fuentes: