ANISAKIS - 14 de septiembre de 2023
Al igual que tenemos una relación con nuestro cuerpo o con nuestro entorno, también mantenemos una relación con la comida y nuestra dieta, la cual es cambiante y está llena de matices. Podemos sentir emociones de absoluto rechazo por ciertos alimentos por diversas razones (miedo a engordar, sus atributos calóricos o gustos personales) y devoción por otros a los que quizá hemos atribuido propiedades milagrosas para nuestra dieta.
El miedo a padecer enfermedades debido a la ingesta de ciertos alimentos puede llevarnos de adoptar una actitud precavida a vetar completamente ciertos alimentos que son buenos para la salud. El ejemplo perfecto es el miedo al anisakis. Como sabrás, el anisakis es un parásito que podemos encontrar en ciertos productos de pesca y que puede provocar problemas en el aparato digestivo si lo consumimos sin las preparaciones necesarias.
Con el fin de evitar coger miedo a comer pescado o reducirlo si este es tu caso, hablamos de cómo adoptar las precauciones necesarias y cómo hacer que comer pescado no sea un mal trago.
Para destruir al parásito del anisakis, pide el pescado limpio (sin vísceras) en la propia pescadería. Si eso no es posible, puedes quitarle las vísceras tú mismo lo antes posible. También, cuando se alcanzan los 60ºC de temperatura durante un minuto como mínimo en toda la pieza, se destruye el parásito. Por lo que puedes cocer, freír, hornear o cocinar a la plancha el pescado para tomarlo de forma segura. ¿Cómo puedes asegurarte si lo has cocinado bien? Verás que si se despega fácilmente de la espina y su color ha pasado a ser mate, el pescado está bien hecho y es seguro ingerirlo. Estas sencillas reglas se aplican también a crustáceos y cefalópodos, puedes consumirlos cocidos, a la plancha o al horno.
Y, ¿qué ocurre con el pescado crudo? ¿no puedes comer sushi nunca más? Si deseas comer pescado en una preparación que no alcance esta temperatura deberás de congelarlo antes al menos tres de días. Según las indicaciones del Ministerio de Consumo, una temperatura de -20ºC o inferior es la adecuada.
Si cocinar es tu hobby, no renuncies al pescado por el miedo al anisakis, pues un buen tratamiento e información sobre el tema es tu herramienta clave. Por ejemplo, si deseas realizar en casa elaboraciones como el carpaccio, el pescado marinado (como el ceviche) o las huevas de pescado crudas deberás congelarlo con anterioridad.
Cuando tenemos una mala relación con la comida, la idea de tener una cena fuera de casa nos generará ansiedad. El hecho de no tener bajo control la situación y estar ante las atentas miradas de los demás que puedan ejercer presión para comer algo que realmente no deseamos.
Si has sentido que tus miedos a ciertos alimentos obstaculizan tu vida personal y tus relaciones sociales, es el momento de cambiar las cosas. Si ir a restaurantes te genera intranquilidad por la posibilidad de contraer anisakis, has de saber que los establecimientos que sirven pescado deben garantizar el correcto tratamiento de los productos. También, puedes asegurarte de ir a locales con ciertos niveles de calidad en los que te sientas seguro con las normas de higiene y seguridad. También, si tienes inquietudes, puedes preguntar por la información sobre el proceso de congelación al camarero y responsable de sala.
Por otra parte, si tienes un viaje donde no vayas a poder controlar la calidad de las comidas, no canceles o pierdas la oportunidad. Este será un buen momento para sustituir el pescado por otras comidas que en esa región sean más seguras. También, siempre puedes encontrar cadenas comerciales que sirvan comidas internacionales que te den más seguridad en este aspecto.
Debemos evitar a toda costa imponernos a nosotros mismos, o que nos impongan, dietas restrictivas que generan una mala relación con el momento de ir a comer. Demonizar ciertos alimentos y reprimir su consumo nos provocarán ansiedad y en un momento de “debilidad” recurriremos al clásico atracón. El objetivo será siempre controlar las cantidades y aprender a comer todos los alimentos sin prohibirnos ninguno.
Cuando este miedo hacia los alimentos se agrava, podemos llegar a padecer cibofobia, conocido como el trastorno de ansiedad por comer o por ciertos alimentos. Esto no debe confundirse con otros trastornos de la conducta alimentaria (TCA) como la bulimia o la anorexia, pues una persona que padece cibofobia no deja de comer un alimento porque piense que repercutirá en su estética.
De este modo, actitudes como la obsesión por las etiquetas de los alimentos (para conocer su caducidad, modo de elaboración o ingredientes), la desconfianza a la comida elaborada por otras personas o el rechazo a comer alimentos poco cocinados por que contengan sustancias toxicas (como el anisakis) son síntomas de cibofobia que nos alejan de mantener una relación sana y completa con nuestra dieta.
Redactado por:
Ana Gutiérrez Frutos
N.º. Col. M-33182. Psicóloga General Sanitaria