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Cinco intoxicaciones del pescado que no son anisakis

ANISAKIS - 12 de febrero de 2019

Seguro que si piensas en una palabra que relacione pescado e intoxicación alimentaria, la primera que se te viene a la cabeza es anisakis. En efecto, el anisakis es un parásito que puede encontrarse en el pescado y provocar alteraciones digestivas y reacciones alérgicas que, en ocasiones, pueden resultar de gravedad. Según datos de la Sociedad Española del Aparato Digestivo, España es el segundo país en intoxicaciones alimentarias por este parásito después de Japón.

El anisakis no es, sin embargo, el único responsable de las intoxicaciones alimentarias procedentes del pescado. Existen otras especies, mucho menos conocidas en nuestro país, que también pueden generar problemas de salud. En este artículo, te enseñamos a que identifiques cinco de ellas:

  1. Ciguatera. Es una forma común de intoxicación alimentaria por ingesta de peces que se alimentan o habitan en los arrecifes coralinos y es endémica de los trópicos y subtrópicos. En España, es más frecuente en Canarias que en la península, aunque el efecto del calentamiento global puede contribuir a su expansión. La enfermedad es causada por toxinas producidas por ciertos dinoflagelados que viven en detritus y en las macroalgas asociadas a sistemas de arrecifes. La toxina pasa a través de la cadena alimentaria de los peces pequeños a los grandes, hasta llegar a los humanos. Las manifestaciones clínicas más frecuentes generadas por la ciguatera son: molestia abdominal, diarrea, náuseas y vómitos, calambres, dolor muscular, sensación de fatiga y, en los casos más graves, hipotensión y taquicardia. En España, apenas se registran intoxicaciones por ciguatera porque las especies tropicales que se alimentan de estas algas están prohibidas en la Unión Europea.
     
  2. Vibrio. Es una bacteria que vive, sobre todo, en las aguas donde crecen las ostras. Al alimentarse de los microorganismos que contienen estas aguas, las ostras retienen estas bacterias que, de nuevo y a través de la cadena alimentaria, pueden pasar a los humanos y provocar diarreas y vómitos. Es relativamente sencillo evitar la intoxicación por Vibrio. Basta con cocinar los alimentos que se vayan a ingerir o congelarlos previamente. Tanto el calor como el frío destruyen la bacteria.
     
  3. El gusano ancho. El Diphyllobothrium latum es un parásito que provoca en humanos malestar abdominal y diarreas. Es poco frecuente en nuestro país gracias a que los pescados que coloniza viven en grandes lagos y ríos anchos y son muy poco consumidos en España. La ingesta de pescado crudo es su principal vector de transmisión. A modo de curiosidad, en el intestino humano pueden alcanzar una longitud que alcanza 13 metros y llegar a vivir durante 20 años.
     
  4. Histaminas. La histamina es una amina biógena que puede causar intoxicaciones si se ingiere en dosis elevadas. Está presente en el pescado azul, pero también en otros alimentos como los quesos fermentados, la cerveza o el vino. La presencia de histaminas en el pescado se relaciona con una mala manipulación o conservación de la materia prima. Las manifestaciones clínicas más frecuentes son: hipotensión arterial, enrojecimiento y edema facial, cefalea, picor y, en algunos casos, diarrea. La mejor forma de evitar la intoxicación por histamina es asegurar la cadena de frío del pescado, su correcta manipulación y no alargar en exceso su vida útil.
     
  5. Los enterovirus. El consumo de moluscos crudos es la principal vía de transmisión de enfermedades de origen vírico a los humanos a través del pescado. Se da la circunstancia además de que los enterovirus pueden resistir al proceso de depuración de los moluscos, por lo que el tratamiento térmico es el único modo de eliminarlos. Nuestro consejo es someter a estos alimentos a un calentamiento de 90ºC durante un minuto y medio antes de consumirlos. Es la mejor vía para acabar con la transmisión.

Confiamos en que estos consejos te sean de utilidad para poder disfrutar de todo el sabor del pescado sin riesgos.

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