Las personas con tendencia a sufrir anemia, luchan en su día a día con la falta de energía y es una de las principales molestias en estos pacientes. De ahí que optimizar el descanso sea clave para esa reposición como un coche cargando su gasolina. Durante las horas de sueño, nuestro cuerpo sufre cambios hormonales, metabólicos y bioquímicos que son fundamentales para vivir. Tal como sea el descanso, condicionará los niveles de energía del día siguiente en gran medida.
Para propiciar una buena regulación del sueño, es importante tener en cuenta los ritmos circadianos, es decir, mantener horarios regulares de sueño y comidas. Hay factores que afectarán negativamente a nuestra energía diaria y descanso, entre los cuales, podemos encontrar:
- Ingesta de alcohol. Su consumo, de manera crónica, produce alteraciones de la calidad del sueño, ya que aumenta los estados de alerta. También, satura las vías hepáticas de eliminación de toxinas haciendo que el cuerpo pase a estados de envejecimiento y no use bien los nutrientes que ingerimos en la dieta.
- Bebidas estimulantes. Como el café, té y cacao tienen compuestos que pueden producir insomnio. Esto dependerá del nivel de sensibilidad individual. Aunque hacer uso de ellas, nos dará energía en el momento, luego es probable que venga una disminución drástica. Es debido a que la manera en la que funcionan es a través de un mecanismo denominado presión del sueño en el que se bloquea la acumulación de una sustancia llamada adenosina haciendo que el cuerpo no pueda estar cansado. En el momento en que esas vías se desbloquean, el cansancio nos viene de golpe.
- Aminas biógenas. La histamina, la tiramina o la triptamina, presentes en quesos, embutidos o vinos, entre otros alimentos, pueden producir insomnio o incluso cefaleas con frecuencia. En el día, nos podrán producir esa sensación de aletargamiento y fatiga física y mental reduciendo la energía.
Entre los factores que favorecen una adecuada energía diaria, se encuentran:
- Ingesta de frutas y verduras. Sustancias presentes en estos alimentos como vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes pueden favorecer el sueño de calidad y darnos más energía en el día.
- Alimentos ricos en proteína. El triptófano es un aminoácido que tiene relación directa con el ciclo del sueño, es precursor de la serotonina y nos ayudará a mantener mejores niveles de ánimo. Está presente en huevos, lácteos, pescados, chocolate negro, frutos secos, plátano, piña...
- Grasas saludables e hidratos de carbono de calidad. La glucosa es el combustible principal del cerebro y de los músculos. Las grasas ayudan a reducir la inflamación, uno de los factores principales en la falta de energía.
- Vitaminas y minerales. Trabajan en numerosos procesos musculares, del sistema nervioso, inmune… Son esenciales en nuestro funcionamiento diario y son causa deficitaria en los diferentes tipos de anemia.
Cuidar estos factores potenciando las vías alimentarias que pueden ayudar a nuestros niveles de energía al igual que reducir aquello que nos resta, es clave y los resultados en la energía son notables de forma pronta.