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Cuando el ejercicio aumenta la necesidad de hierro: la anemia del deportista

ANEMIA FERROPÉNICA - 16 de septiembre de 2022

Hacer ejercicio aumenta la necesidad de hierro en el cuerpo: el trabajo muscular intenso incrementa la velocidad del tránsito intestinal haciendo que el tiempo de absorción del hierro a nivel intestinal sea menor. En aquellos deportistas que realizan actividades de resistencia de gran impacto, como corredores de fondo, trail o triatlón, es frecuente que aparezca la anemia del deportista o anemia ferropénica.

La anemia ferropénica se caracteriza por una bajada de los niveles de hemoglobina, molécula encargada de transportar el oxígeno utilizando para ello el hierro que forma parte de su composición. Esto produce una disminución en la capacidad de los glóbulos rojos de llevar oxígeno a las células, generando un aumento del trabajo cardiaco. En este punto, los músculos de los deportistas no reciben el oxígeno suficiente para funcionar de una forma óptima; esto conlleva a la aparición de fatiga afectando negativamente a su rendimiento. Este efecto se acentúa especialmente en el caso de los deportistas veganos, en los que puede darse déficit de ácido fólico o vitamina B12, que pueden agravar la anemia.

Hablamos de hemoglobina baja en personas deportistas cuando los niveles son inferiores a los habituales de esa persona, aunque niveles de hemoglobina inferiores a los 12mg/dl en mujeres o a los 14mg/dl en hombres sí alertan de anemia. Para contar con el diagnóstico es necesario realizar un análisis del metabolismo del hierro para contrastar si se trata de una anemia real o anemia de deportista.

La anemia ferropénica no debe confundirse con la falsa anemia, la cual también pueden padecerla los deportistas. Esta está caracterizada por presentar bajos niveles de hemoglobina, glóbulos rojos y hematocrito, pero no es una anemia real. Esta falsa anemia es producida por la hemodilución de la sangre, es decir, el ejercicio físico aumenta el volumen sanguíneo por lo que las células sanguíneas se encuentran diluidas en más líquido y aparenta tener niveles menores de glóbulos en la sangre. Este tipo de anemia no requiere un tratamiento.

Los síntomas que suelen aparecer ante una reducción de los niveles de hemoglobina suelen ser cansancio, fatiga o debilidad. También pueden aparecer otros síntomas como respiración poco efectiva, mareos, taquicardias y aturdimientos, aunque no es lo habitual.

Para evitar la aparición de la anemia se deben compensar las pérdidas y dificultades en la absorción del hierro derivadas de la práctica deportiva tomando más carnes rojas, mariscos y huevos, acompañándolos de alimentos ricos en vitamina C, como la piña, la naranja, el limón o el kiwi, alimentos que mejoran la absorción del hierro.

Es importante que los alimentos ricos en oxalatos, fitatos, taninos o fostatos, como los cereales, el café, el té o los vegetales con fibra, se moderen, ya que pueden reaccionar con el hierro de la dieta formando compuestos que no pueden atravesar la barrera intestinal y no se pueden absorber. El médico también puede proponer reponer la falta de hierro a través de suplementos y de vitamina C.

 

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