Déficit de hierro: Una afección infradiagnosticada

ANEMIA FERROPÉNICA - 25 de noviembre de 2022

Muchas veces nos despertamos con la sensación de no haber descansado. Esta sensación puede ser causada por un déficit de hierro, ya sea por una falta del mismo en nuestra dieta, porque nuestro cuerpo no lo absorbe de forma adecuada, o por un mayor requerimiento de nuestro organismo. La deficiencia de hierro es el desorden nutricional más común y extendido en el mundo, afectando tanto a los países en vías de desarrollo como a los industrializados¹.

El hierro es esencial para el funcionamiento de nuestro organismo. Nuestro cuerpo lo utiliza para que la médula ósea pueda fabricar hemoglobina9, una proteína que permite que los glóbulos rojos puedan transportar el oxígeno a todas las partes de nuestro cuerpo, devuelva el dióxido de carbono a los pulmones para poder expulsarlo y, además, le da el típico color rojo a nuestra sangre. Una persona adulta tiene aproximadamente 3-5 g de hierro, de los cuales 2/3 se encuentran en la hemoglobina.¹³

Cuando hablamos de déficit de hierro, nos referimos a la reducción durante un tiempo de este micromineral, y esto puede tener su origen bien en² razones puramente fisiológicas, o bien debido a otros factores externos. Entre las razones relacionadas propiamente con el funcionamiento del cuerpo humano, podemos encontrar que, por ejemplo, perdemos más glóbulos rojos de lo normal debido al sangrado menstrual prolongado y abundante llamado menorragia, o porque nuestro organismo está en una fase en la que necesita más hierro, como es la etapa de crecimiento y desarrollo del cuerpo.

También debemos destacar diferentes circunstancias que pueden provocar una disminución destacada de nuestro nivel de hierro en la sangre, como pueden ser:

Una dieta baja en alimentos ricos en hierro, o en la que no se incluyan alimentos que permitan la absorción de este nutriente.
Hemorragias
Infecciones y enfermedades crónicas que produzcan procesos de sangrado, como varices esofágicas, las úlceras pépticas o determinados tipos de cáncer. La enfermedad celiaca también impide una buena obtención del hierro.

Es importante no confundir la carencia de hierro con la anemia ferropénica. Aunque el déficit de hierro es un signo de anemia, la falta de este mineral no siempre la produce y, en cambio, puede causar muchas otras afecciones como la falta de energía, fatiga, pérdida de pelo o problemas en la mucosa¹⁰. Estos problemas pueden llegar a aumentar el riesgo de padecer otras enfermedades de mayor importancia.

Existe un problema de infradiagnóstico del déficit de hierro, ya que sus síntomas son muy comunes y muchas veces quedan escondidos tras los de otras enfermedades. Esto hace que, a veces, no se diagnostique de forma correcta y su tratamiento puede que no sea el adecuado. Esto es especialmente notable en pacientes con una enfermedad crónica o en pacientes de mayor edad, confundiéndose con el envejecimiento. Esta complicación provoca ingresos hospitalarios evitables en enfermedades crónicas como la insuficiencia cardiaca, la enfermedad inflamatoria intestinal o la enfermedad renal crónica7.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay más de 4.000 millones de personas con déficit de hierro¹⁴, y se estima que 1 de cada 3 personas lo padecen¹. Los colectivos con más riesgo son:

Mujeres en edad fértil. 1 de cada 3 padecen déficit de hierro³, debido al sangrado menstrual. Este porcentaje es incluso mayor en mujeres embarazadas, ya que en los seis primeros meses de gestación el plasma aumenta más rápidamente que los glóbulos rojos, diluyendo así la sangre.
Personas mayores. Patologías como la artritis reumatoide o las infecciones urinarias, el envejecimiento celular, la falta de apetito y la toma constante de medicamentos pueden afectar a la carencia de hierro. Para estas personas es un factor de riesgo, ya que puede reducir su rendimiento físico y la fuerza muscular, provocar caídas y fracturas o deterioro cognitivo.⁴
Personas con patologías crónicas, como la enfermedad renal crónica, la insuficiencia cardíaca crónica, donde 1 de cada 2 pacientes que la sufren tienen déficit de hierro⁵, diabetes o Crohn. También tienen riesgo quienes tienen antecedentes familiares por anemia ferropénica o sufren infecciones prolongadas en el tiempo.

La falta de hierro presenta unos síntomas muy comunes, por lo que su diagnóstico muchas veces se pasa por alto. Entre los más frecuentes encontramos²:

Cansancio o letargo, causado por que el organismo no produce toda la energía que necesita, debido a la falta de hemoglobina que reparte el oxígeno a todos los órganos.
Fatiga persistente. El descenso de hemoglobina provoca una falta de oxígeno, por lo que la respiración se vuelve más dificultosa.
Palidez. Al reducirse la hemoglobina que da el color rojo a la sangre, la piel pierde su color saludable.
Dolor de cabeza.
Reducción del rendimiento del ejercicio físico.

Otros síntomas menos comunes son la sequedad del cuero cabelludo, alopecia y vértigo.

Los pacientes con fatiga y déficit de hierro pueden llegar a tardar hasta 9 meses en visitar al doctor y otros 6 meses en ser diagnosticados, afectando a su bienestar personal y productividad laboral⁶.

La mayor parte de las veces, la solución para tratar el déficit de hierro consiste simplemente en aumentar los niveles de hierro en el organismo. Es esencial en estos casos establecer una dieta basada en alimentos ricos en hierro, como las lentejas, espinacas, guisantes, garbanzos, huevos, carne roja, hígado, frutos secos o uvas. También existen tratamientos, tanto orales como intravenosos⁷.

Es importante consultar a tu médico si tienes alguno de estos síntomas durante mucho tiempo.

BIBLIOGRAFÍA

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Stevens GA, Finucane MM, De-Regil LM, et al, and the Nutrition Impact Model Study Group (Anaemia). Global, regional, and national trends in haemoglobin concentration and prevalence of total and severe anaemia in children and pregnant and non-pregnant women for 1995–2011: a systematic analysis of population-representative data. Lancet Glob Health 2013; 1: e16–25
Fabiana Busti, Natascia Campostrini, Nicola Martinelli, Domenico Girelli. Iron deficiency in the elderly population, revisited in the hepcidin era. Front Pharmacol. 2014 Apr 23;5:83. doi: 10.3389/fphar.2014.00083.
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https://www.easp.es/la-anemia-o-el-deficit-de-hierro-pueden-empeorar-la-evolucion-de-importantes-enfermedades-cronicas/
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Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia. Nota de prensa Julio 2018. “El 20% de las mujeres en edad fértil, el 40% de las gestantes y el 15% de los adolescentes tienen anemia ferropénica en España” Ángel F. Remacha, Ana Villegas, Carmen Insausti y Monsterrat López Rubio. Disponible en https://www.sehh.es/sala-prensa/notas-prensa/122752-el-20-de-las-mujeres-en-edad-fertil-el-40-de-las-gestantes-y-el-15-de-los-adolescentes-tienen-anemia-ferropenica-en-espana