ANEMIA FERROPÉNICA - 10 de octubre de 2024
La anemia es una condición en la que el cuerpo no tiene suficientes glóbulos rojos sanos para transportar el oxígeno necesario a los tejidos. Esto puede provocar fatiga, debilidad y dificultad para realizar actividades físicas. Sin embargo, esto no significa que no puedas entrenar.
Solo es necesario adaptar el entrenamiento de forma inteligente para mantener tu energía y progresar de manera segura.
El primer paso antes de comenzar con cualquier programa de entrenamiento será consultar con tu médico o especialista. Ellos determinarán si hay alguna limitación o incluso recomendarte algún tratamiento o suplementación para mejorar tu rendimiento físico.
A continuación, os dejamos 5 aspectos claves a tener en cuenta a la hora de planificar nuestros entrenamientos si tenemos anemia:
La fatiga puede llegar antes de lo habitual, por tanto, apostaremos por realizar nuestros entrenamientos a una intensidad moderada que nos permita mantenernos constantes durante nuestra planificación.
Un aspecto esencial en entrenamiento, y aún más si tenemos anemia, será escuchar nuestro cuerpo. Si aparece un exceso de fatiga, falta de aire o incluso te sientes mareado, dale tiempo al cuerpo para recuperarse. Generar descansos más largos que nos permitan continuar con la sesión y, si es necesario, reducir la duración del entrenamiento.
Debemos incluir entrenamiento de fuerza en nuestro programa, ya que nos beneficiará en el aumento de la masa muscular, niveles de fuerza y trabajaremos componentes de resistencia sin sobrecargar nuestro sistema cardiovascular.
Para incluir el entrenamiento de fuerza de forma progresiva comenzaremos con ejercicios que involucren nuestro propio peso corporal (como pueden ser las sentadillas, zancadas o ejercicios con materiales específicos como el trx, que nos permiten involucrar todo nuestro cuerpo sin cargas externas). A medida que vamos generando adaptaciones al ejercicio nos encontraremos más fuertes y enérgicos, y será el momento idóneo para introducir pesas o bandas en nuestro entrenamiento que aumenten la intensidad.
Haz énfasis en el calentamiento y vuelta a la calma. Calentar de manera correcta mejorará nuestra técnica, reducirá el riesgo de lesión durante la sesión y nos permitirá aumentar de forma gradual la circulación y preparar a nuestro cuerpo para el foco del ejercicio. Del mismo modo, la vuelta a la calma al finalizar nos bajará revoluciones, que combinado con una respiración controlada oxigenará nuestro cuerpo y relajaremos la musculatura.
La anemia no debe ser un obstáculo para mantener un estilo de vida activo. La realidad es que si combinamos un programa de entrenamiento pautado y acorde a nuestras características con un estilo de vida saludable podremos mejorar nuestra condición física y, por tanto, ganaremos calidad de vida.
Laura Carreño - Entrenadora CCAFYD Col. 60655 en Alimentación 3S.
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Alimentación 3S