ANEMIA FERROPÉNICA - 1 de noviembre de 2019
Hacer ejercicio es muy saludable, pero el exceso puede acarrear algunos efectos negativos como la llamada anemia del deportista. Su efecto es transitorio, no necesita tratamiento y llevar una alimentación equilibrada te ayudará a prevenirla.
La anemia del deportista es producida por el trabajo muscular intenso que aumenta la velocidad del tránsito intestinal y reduce el tiempo de absorción del hierro. Además, los deportistas de alto rendimiento experimentan una mayor pérdida de hierro a través de la sudoración excesiva, microlesiones, mayor menstruación en las mujeres….
La incidencia de la anemia por falta de hierro en el deportista no es mayor que en la población sedentaria, pero debido a la afectación en el rendimiento físico, se detecta con más facilidad. La razón está en que la anemia reduce el aporte de oxígeno en sangre, lo que aumenta la carga del corazón, acrecienta la sensación de cansancio y produce mayor lentitud en la capacidad de recuperación del deportista.
También la dieta es esencial en el desarrollo de este tipo de anemia. Algunos deportistas de resistencia tienden a abusar de los hidratos de carbono y dejan de lado las proteínas de origen animal, en las que se encuentra el hierro que puede ser mejor absorbido, lo que podría precipitar el desencadenamiento de una ferropenia y la consecuente anemia por déficit de hierro. Esto se acentúa especialmente en el caso de los deportistas veganos, en los que esta deficiencia puede venir acompañada de otros déficits, como son el de ácido fólico o vitamina B12, que pueden agravar la anemia.
La forma más sencilla de saber si tus niveles de hierro son correctos es mediante un análisis de sangre que contenga medición de los glóbulos rojos, hematocrito (Hto) y hemoglobina (Hb). Se deben realizar de forma periódica, dos o tres analíticas específicas al año y, si presentas alguno de estos síntomas (fatiga, debilidad muscular, mareos o disminución de peso repentino), deberás acudir al médico.
Otro tipo de anemia que suelen desarrollar los deportistas es lo que se denomina falsa anemia, que se caracteriza por bajos niveles de hemoglobina, glóbulos rojos y hematocrito en sangre, pero que no es una anemia real, ya que esta se produce por la hemodilución de la sangre, es decir, porque el ejercicio físico aumenta el volumen sanguíneo y las células de la sangre se encuentran diluidas en más líquido, lo que aparenta tener niveles menores de glóbulos en la sangre. Esta percepción desaparece cuando se deja de hacer ejercicio, por lo que no requiere de tratamiento.
La anemia del deportista se puede paliar compensando las pérdidas y dificultades en la absorción del hierro derivadas de la práctica deportiva tomando más carnes rojas, mariscos y huevos, acompañándolos con alimentos que contengan vitamina C como la naranja, limón, kiwi o piña, ya que mejora la absorción del hierro.
Se deben moderar los alimentos de origen vegetal, los ricos en oxalatos, los fitatos, taninos o fosfatos como los cereales, el café, el té o vegetales con fibra, ya que pueden reaccionar con el hierro de la dieta formando compuestos que no pueden atravesar la barrera intestinal duodenal y no son absorbidos.
A pesar de ello no debemos abandonar el deporte, llevar una alimentación saludable y hacer ejercicio físico con moderación ayudarán a que tu cuerpo esté en forma.
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