ALERGIA - 22 de octubre de 2021
Tal y como os hemos hablado en un artículo anterior, una de las principales causas de las enfermedades respiratorias, como al asma alérgica o la rinitis, son los ácaros. Este tipo de alergia cada vez es más común, debido a que pasamos una mayor cantidad de tiempo en espacios cerrados y en nuestra vivienda, sitios donde la calidad del aire es muy importante para los procesos alérgicos. En personas sensibilizadas a los alérgenos que producen los ácaros, pueden causar síntomas tanto respiratorios como cutáneos, entre los que destacan la rinoconjuntivitis, asma, dermatitis atópica, congestión nasal, estornudos y dolor de garganta.
El tratamiento de este tipo de alergia consiste principalmente en la evitación de estos alérgenos, aunque también podemos encontrar tratamiento farmacológico. Dentro de éstos los más comunes son los antihistamínicos, descongestivos nasales y los broncodilatadores. Cuando el alergólogo nos prescribe alguno de este tipo de tratamientos, lo que conseguimos es controlar los síntomas de una manera rápida y eficaz. El problema es que mientras nos sigamos exponiendo a los alérgenos causantes de la aparición de los síntomas, tendremos que continuar con el tratamiento, ya que éstos no actúan sobre la causa de la alergia, sino que únicamente eliminan los síntomas.
La inmunoterapia específica con alérgenos es un tratamiento eficaz que actúa sobre los mecanismos que desencadenan la reacción alérgica, siendo la única opción terapéutica que puede modificar el curso natural de la enfermedad. Este tipo de tratamiento consiste en la administración de dosis altas del alérgeno causante de los síntomas. Esto hace que el sistema inmune padezca una serie de cambios que evitan las reacciones alérgicas, reduciendo de una manera notable los síntomas y la necesidad de utilizar medicación sintomática. El tratamiento con inmunoterapia se recomienda que tenga una duración de unos tres años aproximadamente, y ofrece una protección a largo plazo contra los alérgenos, incluso cuando se suspende su administración. La forma más comúnmente conocida de inmunoterapia aplicada contra la alergia a los ácaros es subcutánea, lo que normalmente conocemos como “vacunas para la alergia”. Pero estos tratamientos han avanzado mucho con los años y ya existen también en otros formatos mucho más cómodos, como el liofilizado oral.
El tratamiento en liofilizado oral consiste en un comprimido de administración sublingual que se coloca bajo la lengua hasta su total disolución en cuestión de segundos y absorción por parte del organismo. La primera dosis siempre debe administrarse bajo supervisión de un especialista, pero durante el resto del tratamiento la comodidad para el paciente es mucho mayor, ya que puede autoadministrárselo él mismo en su casa.
El tratamiento de inmunoterapia contra la alergia a los ácaros del polvo doméstico en forma de liofilizado oral presenta mejorías en el paciente a partir de las 8-14 semanas, aumentando la tolerancia inmunológica a los alérgenos de éstos. Esta inmunoterapia es la que prioriza la guía española para el manejo del asma (GEMA) ya que, cuando este tratamiento se añade al habitual del asma, es capaz de disminuir el número de exacerbaciones asmáticas y mejorar el control de la enfermedad. Además, los efectos adversos observados de este tipo de inmunoterapia son leves, y en la mayoría de los casos pasajeros.
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