ALERGIA - 24 de febrero de 2023
Los efectos que provoca la sensibilización a los alérgenos del polen son conocidos como polinosis. Los granos de polen, que debido a su tamaño son casi invisibles al ojo humano, son producidos por el aparato reproductor masculino de las flores con el objetivo de fecundar el aparato reproductor femenino de otras flores y, así, producir frutos. Los alérgenos del polen provienen de los árboles y plantas que se polinizan por medio del aire, no por insectos. No todas las plantas causan polinosis, ni lo hacen al mismo momento. Los pólenes alergénicos varían en función de la vegetación, el clima y la región, por lo que los síntomas pueden variar según el lugar de residencia. Los pólenes predominantes durante el invierno y el principio de la primavera son los de los árboles, en primavera son los de las gramíneas, y en verano y otoño son los de las malezas.
La enfermedad puede desarrollarse por una combinación de factores ambientales y genéticos, y a su vez, una persona puede ser alérgica a más de un tipo de polen. Existen ciertos factores de riesgo para desarrollar la enfermedad, como la exposición a pólenes desde pequeños, la falta de exposición a gérmenes en edades tempranas, la polución atmosférica en países desarrollados y la plantación excesiva de plantas y árboles polinizadores en los parques y jardines de los pueblos y ciudades.
Los síntomas son más frecuentes en la infancia y la adolescencia, pero pueden aparecer a cualquier edad. En algunos casos, los síntomas pueden desaparecer con el tiempo, pero en la mayoría de los casos son crónicos e incluso se acentúan. Estos pueden asemejarse a los producidos por un resfriado común, manifestándose con estornudos, picazón de los ojos y nariz, enrojecimiento ocular, lagrimeo, secreción nasal y congestión.
Para mitigar los síntomas, lo ideal es evitar la exposición al polen, por lo que se recomienda permanecer en interiores con las ventanas cerradas durante los momentos de alta polinización. Algunas sugerencias incluyen usar aire acondicionado con filtros, evitar ventilar la casa por la mañana temprano o al caer el sol, no utilizar en casa la misma ropa que en la calle, usar gafas de sol y mascarilla al aire libre y abstenerse de mover las partículas de polen realizando actividades como barrer la casa o diferentes actividades de jardinería.
Es importante que los pacientes conozcan los períodos de polinización de los pólenes que les afectan para saber cuándo tomar medidas de evitación y tratamiento farmacológico. En general, los medios de comunicación y las aplicaciones del tiempo proporcionan información sobre el recuento diario de pólenes. En ocasiones, puede ser necesario utilizar medicación sintomática, como antihistamínicos o corticoides, y/o inmunoterapia para controlar los síntomas, siempre bajo supervisión médica.
Si un paciente presenta síntomas, es recomendable que acuda a un alergólogo para realizar pruebas complementarias y confirmar si padece de alergia. En casos graves de sensibilización y exposición a los síntomas, la persona puede llegar a padecer anafilaxia, la manifestación alérgica generalizada más grave que existe. Por eso, a todas las personas alérgicas se les recomienda llevar consigo auto inyectores de adrenalina (AIA) para el tratamiento rápido y fácil de esta, debido a su facilidad de uso y su seguridad.
Y recuerda que, si tienes cualquier duda sobre alergia, puedes preguntar al experto de la web tengoalergia.es.
Redactado por:
Conectando Pacientes