ALERGIA - 28 de marzo de 2021
Los síntomas causados por la sensibilización a los alérgenos presentes en los pólenes se conocen como polinosis. Esta sintomatología consiste en una rinoconjuntivitis que en un 40% de los casos se presenta además con asma. En los últimos 100 años, su prevalencia ha aumentado considerablemente, pasando de ser una “enfermedad rara” hasta tener un 20% de personas que la padecen actualmente.
Los pólenes son unos granos invisibles al ojo humano, de un tamaño entre 20 y 40 micras, producidos por el aparato reproductor masculino de las flores, y que llevan en su interior células espermáticas con el fin de llevarlas hasta el aparato reproductor femenino de otras flores y producir la fecundación y posterior formación del fruto. Los alérgenos de los pólenes corresponden a los procedentes de los árboles y plantas que polinizan a través del aire y no a través de los insectos. Cabe destacar que, aunque todas las plantas polinizan, solo algunas producen polinosis y no todas las plantas polinizan al mismo tiempo. En general, los pólenes de los árboles son los predominantes durante el invierno y principios de la primavera, los pólenes de las gramíneas durante la primavera y los de las malezas durante el verano y otoño.
No todo el mundo sufre polinosis. El riesgo de desarrollar la enfermedad viene dado por la conjunción de factores genéticos y ambientales (una exposición a pólenes alergénicos), pudiendo ser alérgico a más de un tipo de polen. Los síntomas de polinosis son más frecuentes en la infancia y la juventud, aunque pueden aparecer a cualquier edad. Un pequeño porcentaje de pacientes pueden remitir los síntomas con el tiempo, pero lo normal en que persistan e incluso lleguen a acentuarse.
En España existen más de diez tipos de pólenes que pueden causar polinosis, siendo predominante el de las gramíneas, y están considerados como la primera causa de rinitis alérgica y la segunda causa de asma extrínseca. Los siguientes datos sirven para enfatizar la importancia actual que tienen los pólenes:
Síntomas
La sintomatología alérgica es muy similar a la producida por catarros, y consiste en estornudos, picores en la nariz y en los ojos, enrojecimiento ocular, lagrimeo, hidrorrea, congestión nasal y ocasionalmente tos seca y asma. Al viajar el polen por el aire, la vía por la que se entra en contacto con el polen, los días de viento el paciente sufra más síntomas que los días de lluvia que se limpia la atmósfera. Los pólenes alergénicos varían según la vegetación, el clima y la región, por lo que la presencia de síntomas es diferentes dependiendo del lugar donde se resida.
Factores de Riesgo
Tratamiento de los síntomas
La principal medida para paliar los síntomas de la polinosis es evitar la exposición, es decir, mantenerse durante el pico de polinización el mayor tiempo posible en interiores con las ventanas cerradas. Como la rutina diaria muchas veces nos obliga a tener que salir, algunos consejos son:
Los pacientes deben conocer el comienzo y fin de la etapa de polinización de los pólenes inductores de su polinosis, para saber cuándo iniciar y finalizar las medidas de evitación y el tratamiento farmacológico. Los recuentos diarios de pólenes que proporcionan los medios de comunicación también pueden ser de ayuda para este objetivo. En un gran número de casos, es necesaria la utilización de medicación sintomática (como antihistamínicos o corticoides) y/o inmunoterapia para controlar los síntomas, siempre pautados por un especialista.
Si un paciente presenta sintomatología, debe acudir a su alergólogo para iniciar el estudio con las pruebas complementarias pertinentes y, en caso de sufrir polinosis, confirmar su alergia.
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