ALERGIA - 4 de noviembre de 2022
Los ácaros son una de las principales causas de enfermedades respiratorias, tales como el asma alérgica y la rinitis, tal y como os contamos en un artículo anterior. Cada vez es más normal encontrarnos con este tipo de alergia, sobre todo en esta época del año que pasamos más tiempo en interiores y en casa, donde los procesos alérgicos se ven afectados directamente por la calidad del aire. En las personas que están sensibilizadas a los alérgenos producidos por los ácaros, pueden causar síntomas tanto respiratorios como cutáneos. Entre estos síntomas encontramos la rinoconjuntivitis, asma, dermatitis atópica, congestión nasal, estornudos y dolor de garganta.
Evitar los alérgenos es el mejor tratamiento para este tipo de alergia, aunque también existe tratamientos farmacológicos para controlar los síntomas de una manera rápida y eficaz, como son los antihistamínicos, los descongestionantes nasales y los broncodilatadores, y tienen que venir siempre prescritos por un alergólogo. Estos tratamientos logran eliminar los síntomas, pero no actúan sobre la causa de la alergia, por lo que siempre que sigamos expuestos al alérgeno causante, debemos continuar con el tratamiento.
Para tratar los mecanismos que desencadenan la reacción alérgica, la inmunoterapia específica con alérgenos es el único tratamiento eficaz que puede modificar el curso natural de la enfermedad. La inmunoterapia consiste en administrar dosis altas del alérgeno al paciente, con el fin de que el sistema inmune sufra determinados cambios para evitar las reacciones alérgicas, disminuyendo notablemente los síntomas y la necesidad de utilizar medicación sintomática. Su duración aproximada es de unos tres años, en lo que se consigue una protección a largo plazo contra los alérgenos, incluso cuando se para la administración del tratamiento. Su forma más común es lo que se conoce como “vacuna de la alergia”, consistente en una inyección subcutánea, pero en los últimos años han surgido nuevos formatos más cómodos, como es el liofilizado oral.
El tratamiento liofizado oral lo absorbe el cuerpo en segundos, y consiste unos comprimidos que se administran debajo de la lengua hasta que se disuelven por completo. Esto aporta una mayor comodidad al paciente, ya que puede autoadministrárselo en su propia casa, aunque la primera dosis debe administrarse siempre bajo la supervisión de un especialista. Las mejorías se notan entre 2-3 meses después de empezar el tratamiento, desarrollando mayor tolerancia inmunológica a los alérgenos de los ácaros. La guía española para el manejo del asma (GEMA) prioriza este tratamiento con inmunoterapia, debido a que cuando se compagina al tratamiento habitual del asma, es capaz de disminuir el número de exacerbaciones asmáticas y mejorar el control de la enfermedad. Además, sus efectos adversos son leves pasajeros en la mayor parte de los casos.
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