ALERGIA - 20 de octubre de 2023
La alergia a los ácaros es una enfermedad respiratoria común que afecta a millones de personas en todo el mundo. Los ácaros del polvo son pequeños insectos que viven en el polvo de casa, en la ropa de cama, los muebles tapizados, las alfombras y otros lugares donde se acumula el polvo, y se alimentan de escamas de piel humana y animal.
La alergia a los ácaros se produce cuando el sistema inmunitario reacciona de forma exagerada a las proteínas que se encuentran en los excrementos y el cuerpo de los ácaros del polvo. Estas proteínas son liberadas al aire cuando los ácaros se mueven o mueren.
Los síntomas de la alergia a los ácaros suelen ser similares a los de otras alergias respiratorias, como la rinitis alérgica o el asma, siendo los más comunes estornudos, picor de nariz, ojos y garganta, congestión nasal, flemas, tos y dificultad para respirar.
El diagnóstico de la alergia a los ácaros suele realizarse mediante una prueba cutánea o un análisis de sangre. En la prueba cutánea, se colocan pequeñas cantidades de alérgenos en la piel del paciente. Si el paciente es alérgico a un alérgeno, se producirá una reacción alérgica en la zona en la que se ha aplicado el alérgeno. En el análisis de sangre, se mide la cantidad de anticuerpos IgE (unas proteínas que el sistema inmunitario produce en respuesta a los alérgenos).
Existen varios tratamientos disponibles para tratar la alergia a los ácaros, aunque el tratamiento más adecuado para cada persona dependerá de la gravedad de los síntomas y de la respuesta a los tratamientos.
Las medidas de control ambiental pueden ayudar a reducir la exposición a los ácaros del polvo. Estas medidas incluyen:
Si cree que puede tener alergia a los ácaros, es importante consultar con un alergólogo, el cual podrá diagnosticar la alergia y recomendar el tratamiento más adecuado.
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