ALERGIA - 12 de septiembre de 2020
La alergia a los himenópteros es una reacción exagerada del sistema inmunitario frente al veneno que nos inyectan cuando sufrimos una picadura de estos insectos. La alergia al veneno es de las alergias más peligrosas y puede ser mortal, aunque puede tratarse.
Los himenópteros son el tercer orden más grande de insectos, y habitan prácticamente en cualquier lugar en el que haya plantas con flores. En Europa, los himenópteros que suelen picar son las especies comúnmente conocidas como abejas y avispas. Estos son los animales más peligrosos de Europa. Se estima que en Reino Unido mueren cada año entre 2 y 9 personas por anafilaxia provocada por veneno de avispa o de abeja. En Europa, la prevalencia de las reacciones por picadura de himenóptero está entre el 0,9 y el 6,4 %, sin embargo, las picaduras de avispa y de abeja son la principal causa de anafilaxia en adultos.
Las abejas y las avispas inyectan un veneno cuando pican que afecta de forma diferente a las personas alérgicas y a las que no lo son. Las personas no alérgicas sufren reacciones que pueden ser dolorosas, pero no peligrosas. En cambio, las personas alérgicas al veneno de los himenópteros sufren reacciones alérgicas graves que pueden ser mortales.
En caso de reacción grave por una picadura debe administrarse adrenalina lo antes posible, ya que la demora aumenta el riesgo de anafilaxia, es decir, de una reacción severa o incluso fatal.
La anafilaxia es la manifestación más severa de una reacción alérgica. Los síntomas más comunes de la anafilaxia son la aparición de un edema o eritema en la zona de la picadura, confusión y ansiedad, sibilancias, hinchazón, piel húmeda, mareos o desmayos, dificultad para respirar, latidos acelerados, dolor de estómago y náuseas, pudiendo llegar al colapso o pérdida de consciencia.
Padecer una reacción alérgica o tener el riesgo de padecerla (sea cual sea su gravedad) es preocupante para el paciente y para sus familiares e influye significativamente en su bienestar. Con el tratamiento adecuado pueden reducirse los niveles de ansiedad y mejorar así la calidad de vida.
La alergia al veneno de avispa o de abeja puede diagnosticarse mediante una prueba de punción cutánea o con una prueba alérgeno-específica de anticuerpos en suero (IgE). Una vez diagnosticada la alergia y con antecedentes de anafilaxia, la inmunoterapia con veneno es el único tratamiento existente para prevenir futuros episodios y evita tanto las reacciones locales extensas como las reacciones sistémicas.
La inmunoterapia con veneno de himenópteros está indicada para niños y adultos con antecedentes de reacciones sistémicas severas, incluyendo síntomas respiratorios y cardiovasculares, así como sensibilización al insecto probada mediante test cutáneos o serológicos (IgE). Además, goza de muy buena reputación entre los pacientes: mejora su calidad de vida de forma significativa, reduciendo los niveles de ansiedad y de depresión.
Para la producción del producto necesario para este tratamiento se extraen las bolsas de veneno una a una del cuerpo sin vida de los insectos. Cada gota de esta materia prima se recoge con una jeringa y se procesa hasta convertirse en el producto final. En el caso de la avispa, en cada tanda de veneno participan más de 40 000 insectos y su contenido se disecciona en tan solo 2 días. El equipo de disección reúne las bolsas de más de 200 000 g de insectos en una sola estación y cada tanda del producto final contiene el alérgeno de hasta 250.000 insectos. Para el alérgeno de la abeja, estas son atraídas mediante estímulos eléctricos. Se necesita 1 millón de picaduras para reunir 1 g de veneno seco y cada abeja puede picar una media de 10 veces. Para conseguir 100 g de veneno seco se necesitan unos 100 millones de picaduras de 10 millones de abejas.
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