logo
Inicio > Noticias > vida saludable > > Corriendo a contrarreloj ¿se puede ser adicto al estrés?

Corriendo a contrarreloj ¿se puede ser adicto al estrés?

VIDA SALUDABLE - 9 de mayo de 2024

¿Alguna vez te has preguntado: “pero por qué voy corriendo… si no tengo prisa”? ¿Puede nuestro sistema nervioso acostumbrarse al estrés?

No es infrecuente observar en el lenguaje corporal de algunas personas cierto nerviosismo, pero que luego, al preguntar cómo se encuentran, nos respondan que bien y tranquilos. ¿Cómo es posible?

Imaginemos una metáfora, ¿qué nos diría un pez si le preguntamos si está mojado? Probablemente, que no, ya que no conoce otro estado.

Si nuestro ambiente familiar ha estado cargado de estresores, lo más frecuente es que consideremos que éste es nuestro estado natural, hasta el punto de poder sentirnos “incómodos” ante “demasiada tranquilidad”, como si el estado de alerta permanente y el estar distraídos se hubiese convertido en hogar.

Pongamos el ejemplo práctico de una familia en la que constantemente había mucho a lo que atender, tal vez dificultades económicas, de salud o muchas demandas de trabajo. Si han aprendido a ir corriendo para cumplir con toda esta carga y obligación, no es de extrañar que cuando intenten reducir el ritmo e ir más despacio les genere una sensación incómoda, como de “perder el tiempo”.

Parece que a nuestro sistema nervioso le da cierto repelús la incertidumbre y el cambio. En un intento de optimizar nuestros recursos, buscará mantenernos en un ambiente familiar y conocido. Por ello, aunque parezca contraintuitivo, a veces, nuestro cerebro sí puede acostumbrarse a estar siempre en estado de alerta.

Las redes sociales tampoco han ayudado. Si antes podíamos dedicar un buen rato a buscar en una enciclopedia el significado de una palabra, ahora nos parece un mundo un vídeo que dure más de 1 minuto.  

Vivimos en una sociedad cronometrada. Nos levantamos con la segunda alarma a las 7:45 para arreglarnos, coger el coche a tiempo y no pillar atasco. Igual podemos alargar unos minutos de sueño si desayunamos un café para llevar de camino al trabajo. Altas demandas laborales, con pocos respiros. Llegar a casa tampoco ofrece un gran descanso: extraescolares, cenas y baños. Hay quienes sí consiguen disfrutar de un día a día más pausado, pero la tendencia general nos lleva a tener todo nuestro tiempo milimetrado.

Si vamos siempre corriendo será muy complicado destensar nuestro cuerpo, tener espacios para conectar, pensar y darnos cuenta de lo que estamos sintiendo. Espacio para reflexionar sobre nuestro día, sobre qué nos ha gustado, qué no, qué nos ayuda y qué nos hace daño. Digamos que pasamos poco tiempo con nosotros mismos. Y entonces, nos conocemos poco.

En muchas ocasiones, la barrera u obstáculo para bajar el ritmo es el propio sistema o situación (horarios de trabajo imposibles o que complican la conciliación, estresores económicos, etc.). En otras, por el contrario, somos nosotros mismos los que nos boicoteamos.

Por ejemplo, si tenemos que ir a comprar y nos sobra tiempo, nos vemos “aprovechando” para hacer otra cosa y “no perder el tiempo”. Como si caminar, en lugar de correr ya nos resultase extraño. Y poniendo en prioridad tareas que en realidad, no son tan urgentes, como si todo fuese para ayer.

¿Cómo podemos empezar a cambiar el hábito?

Te contamos algunas de las formas más útiles: 

  1. Extender los tiempos. Si estimas que tardarás 1h en hacer un recado, pon una hora y media, ve más lento. Disfruta del paseo, del entorno, de entablar algo de conversación.

  2. Planificarse en la agenda tiempos de descanso, para no hacer nada, para estar contigo mismo/a. Para reposar, para descansar, para decidir qué nos pide el cuerpo. A veces perder el tiempo es la mejor manera de invertirlo.

  3. Hobbies que inviten a la conexión como por ejemplo, pintar, caminar, hace trabajos de manualidades o hacer ejercicio.

  4. Redactado por: Ana Gutiérrez Frutos. N.º. Col. M-33182. Psicóloga General Sanitaria

Redactado por:

Ana Gutiérrez Frutos

N.º. Col. M-33182. Psicóloga General Sanitaria

¿Te ha gustado esta noticia? Comparte: