VIDA SALUDABLE - 1 de julio de 2024
La ducha, más allá de la higiene personal, es un momento de bienestar y relajación. Ducharse con agua fría es una tendencia que ha cobrado fuerza en los últimos años. Esta práctica aporta una gran cantidad de beneficios para nuestra salud física y mental.
El agua fría es un estimulante para nuestro organismo, que nos puede aportar muchos beneficios:
Mejora de la circulación sanguínea: El agua fría provoca la contracción y posterior dilatación de los vasos sanguíneos, lo que mejora el flujo sanguíneo y la oxigenación de todo el cuerpo. Esto se traduce en una mayor vitalidad y energía.
Reduce de la inflamación: El agua fría posee un efecto antiinflamatorio, excelente para aliviar los dolores tanto musculares como de las articulaciones.
Fortalece el sistema inmunológico: El contacto con el agua fría activa la producción de glóbulos blancos, aumentando así nuestra capacidad para combatir infecciones y enfermedades.
Favorece la recuperación muscular: La exposición al frío después del entrenamiento ayuda a reducir el dolor muscular y la fatiga, favoreciendo una recuperación más rápida de los músculos.
Mejora del estado de ánimo: El agua fría estimula la producción de endorfinas, las hormonas del bienestar, combatiendo el estrés, la ansiedad y la depresión.
Activa el metabolismo: Una ducha fría puede activar el metabolismo, quemando así más calorías y ayudando a perder peso.
Piel y cabello más sanos: El agua fría cierra los poros, lo que ayuda a luchas conta el acné y el exceso de grasa en la piel. Además, fortalece el cabello, dándole brillo y vitalidad.
Más allá de sus efectos físicos, las duchas frías también tienen un impacto positivo en nuestra salud mental:
Aumenta la concentración y la vigilancia: El choque de la temperatura corporal con el agua fría estimula el sistema nervioso central, mejorando la concentración, la atención y la claridad mental.
Reduce el estrés y la ansiedad: El agua fría tiene un efecto calmante sobre el sistema nervioso, combatiendo el estrés y la ansiedad, ayudando a sentirnos más relajados.
Las duchas frías son aptas para la mayoría de las personas, pero requieren fuerza de voluntad. Algunos consejos para empezar esta práctica y disfrutar de todos sus beneficios son:
Empieza la ducha con agua templada y ve bajando la temperatura gradualmente hasta que el agua esté fría.
Empieza tomando duchas frías cortas, con una duración de máximo un minuto. Con el tiempo, puedes ir aumentando la duración.
Durante la ducha fría, intenta respirar profundamente con el fin de reducir la sensación de incomodidad.
Finaliza la ducha con agua caliente para ayudar a tu cuerpo a relajarse y volver a su temperatura corporal normal.
Las duchas frías son una herramienta para mejorar nuestra salud física y mental, aumentar tu bienestar y reducir el estrés. Si tienes alguna condición médica como problemas cardíacos, circulatorios o respiratorios, es importante consultar con tu médico antes de comenzar a a tomar duchas de agua fría.
Bibliografía consultada:
https://www.semg.es/index.php/component/k2/item/980-duchas-agua-fria
https://www.hospitalrosario.es/noticias/banos-de-agua-fria-o-de-agua-caliente-que-beneficios-tienen/
https://mejorconsalud.as.com/10-beneficios-de-ducharse-con-agua-fria/
https://psicologiaymente.com/vida/beneficios-ducharse-agua-fria
https://www.cuerpomente.com/salud-natural/terapias-naturales/beneficios-ducha-agua-fria_1556
https://www.elmundo.es/yodona/lifestyle/2022/04/06/624bfe1221efa0544e8b45c7.html
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