Técnica de relajación para personas con Párkinson

Con el foco puesto en las consecuencias motoras más evidentes (temblor, rigidez, lentitud…), todo lo referente al manejo emocional de la persona con Parkinson ha quedado en un segundo plano. Nos referimos tanto en los síntomas emocionales directamente derivados de la enfermedad como la apatía, la depresión o los delirios y también a las consecuencias emocionales derivadas del propio duelo al ser consciente de las limitaciones tanto físicas como mentales. 

A medida que la enfermedad avanza, los síntomas no motores pueden llegar a ser más incapacitantes que los síntomas motores. De forma complementaria a la terapia farmacológica (para aliviar los síntomas) y la estimulación neurocognitiva (para potenciar las habilidades cognitivas), la relajación o mindfulness ha demostrado ser una terapia complementaria muy eficaz.

En el transcurso de la enfermedad de Parkinson se desencadenan un sinfín de emociones que influyen directamente en el desempeño físico de la persona que lo sufre, por lo que incorporar la relajación como parte integral del tratamiento deriva en un mejor resultado.

La relajación puede realizarse de forma rutinaria (por ejemplo, antes de realizar ejercicio o durante la mañana) o también de forma puntual en momentos de alta intensidad emocional.

Lo cierto es que realizar una buena relajación no es tarea fácil y normalmente requiere de 1. Práctica diaria 2. Una persona que nos guíe en la relajación (ya sea a través de un vídeo o un profesional). Una vez ya estemos más habituados, se hace más sencillo pero al principio las instrucciones de un/a guía siempre ayudan a poner foco en los puntos más importantes como la respiración, los músculos a tener en cuenta o a aprender a no engancharse en los pensamientos en bucle. Lo más recomendable es dar con alguna clase grupal en algún centro cultural o algún video en recursos online.

Pero mientras tanto, este artículo pretende dar una herramienta de relajación sencilla que podáis aplicar con facilidad y sin necesidad de ser expertos en el tema. En concreto, os presentamos la ATENCIÓN CONSCIENTE A LOS SENTIDOS.

La técnica consiste en reconectar con los sentidos de nuestro cuerpo y activar lo que podríamos llamar la “mirada de turista”. Como cuando viajamos a una ciudad nueva, con los sentidos bien abiertos, captando cada matiz (el idioma, los edificios, los olores de las comidas, los colores del cielo…).

Para practicar esta técnica es tan sencillo como escoger en el momento:

• 5 cosas que mirar con atención. Por ejemplo, escoger un objeto y observar con detenimiento sus colores, la iluminación, la figura que tiene, los relieves… como si fuese la primera vez que lo ves y fuese algo muy valioso.

• 5 cosas que oler con detalle. Intentar identificar 5 olores en el ambiente. Si no los encuentras, buscar alrededor 5 cosas para disfrutar del olor de forma plena, como un perfume, un alimento o el suavizante de la ropa.

• 5 cosas que saborear. Jugar a encontrar sabores diferentes, mezclarlos, notar los matices. Cerrando los ojos es aún más efectivo.

•  5 cosas que tocar. Podemos jugar con las propias sensaciones del cuerpo mientras estamos sentados, la ropa, el tacto de la piel, la rugosidad o pesadez de algún objeto.

•  5 cosas que escuchar. Prestar atención al ambiente, captar los sonidos más sutiles, coches, crujidos de madera, la respiración, animales cercanos, amplificar nuestra sensibilidad.

¡Una recomendación especialmente útil!  Utilizar el momento ducha para practicar este ejercicio.

1. Al ser una actividad diaria garantizamos practicarla

2. El momento ducha es ideal ya que existen muchas sensaciones que envuelven este momento. La sensación de la piel con el agua cayendo por el cuerpo, el olor del jabón, la textura de la esponja, la presión en la piel, el sonido de la espuma, la velocidad de los movimientos, etc.