VIDA SALUDABLE - 30 de agosto de 2024
El té verde, es una bebida de origen de origen chino. Se dice que fue descubierto por el emperador Shen Nong hace más de 4.000 años. Desde entonces, su cultivo y consumo se han expandido, siendo una de las bebidas más consumidas en el mundo a día de hoy.
Existen diversos tipos de té verde, cada uno con sus características, aroma y sabor. Entre los más conocidos se encuentran:
El Sencha, de Japón, es quizás el más popular, con un sabor suave, afrutado y refrescante.
El Matcha, también japonés, es un té que se destaca por su intenso color verde y su uso ceremonial. Es un té verde molido en un polvo muy fino. Es una fuente concentrada de antioxidantes, a la vez que es una fuente de cafeína.
El Longjing o “Pozo del Dragón” proviene de China, apreciado por su calidad superior y su sabor suave.
Eel Gyokuro, conocido por su dulzura y sabor a hierba. Se cultiva en la sombra, intensificando así sus propiedades.
Entre los principales beneficios del té verde encontramos los siguientes:
Favorece la pérdida de peso. Sus compuestos, como las catequinas y la cafeína, estimulan el metabolismo y la oxidación y transformación de las grasas en calorías. Un consumo regular puede ayudar a reducir la grasa corporal, especialmente en la zona abdominal. Por eso el té verde es un componente habitual de los productos adelgazantes.
Retrasa el envejecimiento celular. Consumir té verde, ya sea bebido o aplicado tópicamente, aporta un micronutriente llamado galato de epigalocatequina que contiene antioxidantes que protegen las células. Esto se traduce en una piel más joven y saludable, un aumento de la hidratación de la piel y la retención de humedad y mayor prevención de enfermedades relacionadas con la edad.
Mejorar la función cerebral. La cafeína y L-teanina presentes en el té verde mejoran la función cerebral. Estos compuestos aumentan la concentración, la memoria y pueden tener efectos positivos en el estado de ánimo. Además, la cafeína favorece el estado de alerta y agudiza las habilidades intelectuales, y previene la degeneración del cerebro.
Reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares. El té verde ayuda a mantener saludables los vasos sanguíneos y a regular la presión arterial sistólica y diastólica, reduciendo así los principales factores causantes de las enfermedades cardiovasculares. Además, el té verde contiene catequina, un antioxidante natural que ayuda a que la absorción de colesterol en el cuerpo sea menor.
Previene varios tipos de cáncer. Las catequinas del té verde tienen propiedades antioxidantes, lo que ayuda a reducir el riesgo de padecer cáncer.
Incorporar el té verde en la dieta es sencillo. Se puede disfrutar de una taza en la mañana para comenzar el día con energía, o después de las comidas para ayudar en la digestión. También se puede optar por infusiones frías o incluso incorporarlo en recetas de cocina para marinar carnes, en batidos detox o en postres como helados y bizcochos.
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