¿No sabes cuál elegir? Tanto el té rojo como el té verde tienen características nutricionales que pueden resultarte muy beneficiosas. Cuando elegimos uno u otro no deberíamos fijarnos solo en su color o su sabor, sino en algo que va un poco más allá de todo eso: sus propiedades. ¿Por qué prescindir de uno si podemos disfrutar de los dos?
El té rojo y el té verde provienen de la misma planta, el árbol Camellia sinensis, que procede de China y del Sudeste de Asia. Su alta concentración de antioxidantes es lo que hace del té verde una infusión tan popular, mientras que los beneficios del té rojo se deben a su proceso de fabricación que incluye fermentación. Aunque procedan del mismo árbol, el té verde y el rojo se diferencian en varios puntos:
- El proceso de obtención. Para obtener el té verde se recogen las hojas jóvenes del árbol y se calientan inmediatamente después en hornos o con vapor directo. Gracias a la acción del calor, las hojas no se oxidan y siguen manteniendo el color. Por el contrario, las hojas que se usan para el té rojo son las de los árboles más longevos. Las hojas se dejan fermentar por completo. Después se enrollan, cortan o aplastan para una mayor eficiencia en el proceso de oxidación. Luego se secan y se almacenan en barricas de bambú entre dos años y varias décadas. Cuanto más añejo, más caro.
- El formato de venta. El té verde se encuentra en todos los supermercados en hebras sueltas o en saquitos. Por el contrario, el rojo se comercializa en tiendas especializadas en forma de discos compactos, ya que después de la fermentación las hojas se compactan para eliminar los líquidos.
- El sabor. El té verde posee un sabor más ligero y fresco y suele tomarse edulcorado. El rojo, por el contrario, tiene un sabor ligeramente más fuerte y se suele consumir con leche para conseguir una textura más cremosa y reducir la cafeína.
- La intensidad del efecto antioxidante. El efecto antioxidante del té verde es uno de sus beneficios más buscados. Mejora la piel, evita el envejecimiento de las neuronas, mantiene el sistema inmunológico activo…. Sin embargo, el poder antioxidante del té rojo es menor, ya que muchos de sus componentes se han perdido durante su proceso de oxidación o fermentación.
- La propiedad adelgazante. El té rojo suprime la síntesis de ácidos grasos y disminuye la lipogénesis (proceso de creación de grasa por parte del hígado). Por esto, y sumado a su marcado efecto diurético, el té rojo será tu mejor elección si buscas quemar grasas y adelgazar.
- Su potencial para reducir el colesterol. Ambos poseen beneficios para el sistema cardiovascular. El té rojo, durante su proceso de fermentación, produce lovastanina, un compuesto que se encuentra en la mayoría de los medicamentos para bajar el colesterol. Por su parte, el té verde posee una alta concentración de un compuesto antioxidante conocido como ECGC, que ayuda a mantener jóvenes las paredes arteriales, lo que beneficia al sistema cardiovascular.
- La cantidad de cafeína. En el té rojo vamos a encontrar más cafeína (50 mg por taza) que en el té verde (25 mg). Por eso, el efecto estimulante y diurético es más marcado en el té rojo.
Si hay que decantarse entre alguno de los dos, teniendo en cuenta que los dos poseen múltiples propiedades beneficiosas, elegiríamos el té verde ya que su proceso de obtención es el más natural posible. El rojo, aunque también es muy beneficioso, puede perder alguna de sus propiedades en el proceso de fermentación, aunque es cierto que gana otras a cambio. Pero recuerda que, al final, eres tú quien decide.