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El reto anímico del 2021 ¿Por qué nos sentimos apáticos?

VIDA SALUDABLE - 23 de abril de 2021

Ha pasado un año desde el comienzo de la crisis del COVID-19 y, una vez que hemos superado los momentos más duros y complicados, transitamos una “calma” diferente, una situación de “nueva normalidad” en la que nuestro ritmo de vida diario ha tenido que amoldarse a una serie de normas y medidas de restricción que limitan, en especial, nuestro ocio y contacto social.

El coronavirus ha afectado a nuestra salud y ahora supone todo un reto para nuestra salud emocional. Ante esta situación, nos sentimos en pausa y, en la espera de poder reanudar nuestras vidas, la apatía es una de las sensaciones más frecuentes que han resultado de esta nueva realidad.

La apatía se entiende como la falta de activación, entusiasmo o motivación a la hora de realizar actividades que antes sí nos generaban esa energía.

 

¿Por qué aparece esta apatía?

La cuestión es que muchas de las actividades que realizábamos diariamente funcionaban como reguladores y canalizaban nuestras emociones (hobbies, quedadas con amigos, escapadas, planes espontáneos, clases grupales, etc.). Al reducir el abanico de actividades que nos nutrían y equilibraban emocionalmente, se originan sensaciones de apatía, desidia y tristeza. El cuerpo se habitúa a una menor actividad y cada vez se siente más cansado y embotado como para cambiar de dinámica y buscar nuevas rutinas que le saquen de ese estado, favoreciendo así que se genere un círculo vicioso.

 

¿Qué hacer para mejorar este estado de apatía?

Si algo nos ha enseñado la crisis del COVID-19 es la enorme capacidad de adaptación del ser humano a las situaciones adversas. En el último año, hemos vivido un cambio radical en nuestro estilo de vida y a medida que se prolongan las medidas, son necesarios ajustes que nos permitan continuar con la mayor calidad de vida posible, atendiendo en especial a nuestra salud mental.

Como primer paso es fundamental poner el foco de atención en cómo estamos, valorar y tomar conciencia de cómo está nuestro estado anímico en estos últimos meses. Una pregunta básica para nuestro bienestar pero que a menudo olvidamos inmersos en un ritmo de vida frenético.

Por otro lado, hemos tendido a poner en pausa nuestros hobbies y actividades a la espera de que esta situación se termine y podamos volver al día a día habitual. Sin embargo, ante la incertidumbre de cómo evolucionaremos y la prolongación a largo plazo de las medidas, es un error caer en un planteamiento de “todo o nada” y lo recomendable es adaptarnos y realizar aquello que nos motivaba en una versión que se permita actualmente. Numerosos negocios han adaptado sus servicios y han tomado medidas de una forma muy eficaz: reduciendo el aforo, delimitando tramos horarios o adoptando un formato online.

Por último, dado que el estado de apatía ya supone un tono emocional bajo y calmado, lo recomendable serían actividades que aumentasen la actividad del sistema nervioso, que nos activasen corporalmente. Ocio fuera de casa, deportes, excursiones o la música serían algunos ejemplos de actividades prioritarias que nos activarían y favorecerían nuestro bienestar emocional.

Redactado por:

Ana Gutiérrez Frutos

N.º. Col. M-33182. Psicóloga General Sanitaria

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