VIDA SALUDABLE - 26 de julio de 2019
Pocas situaciones en la vida generan más estrés que estar al volante de un coche y verse envuelto en un atasco kilométrico. Seguro que puedes dar fe de ello si alguna vez te has visto inmerso en esta situación. ¿Cómo puedo mantener la calma y no perder los nervios? Recogemos a continuación algunos consejos que podrán ayudarte:
Los atascos pueden generar agresividad, mal humor, enfado, nerviosismo, sobre todo si lo que te espera es una dura jornada de trabajo a la que vas a llegar tarde. Nuestro primer consejo tiene que ver con la planificación. No siempre es sencillo, pero si tienes en cuenta la situación del tráfico puedes organizar rutas alternativas para tratar de evitar el atasco. Internet, como para tantas otras cosas, también aquí es una buena herramienta. Google Maps, por ejemplo, puede indicarte rutas alternativas para evitar meterte en pleno atasco. Recuerda también que, si sales de casa con la hora justa, la situación de agobio por llegar tarde se incrementará. Así que, a veces, resulta mejor madrugar un poco más para llegar al trabajo más relajado.
Y, si ya estoy metido en pleno atasco, ¿qué puedo hacer? Lo primero, mantener la calma. No siempre resulta sencillo, pero es posible. Prueba a confeccionar una lista con tu música favorita. La puedes llevar en tu móvil para escucharla en el coche. La música, dicen, amansa a las fieras... y también a los humanos. Seguro que el astasco se te hace menos agobiante.
Los atascos, no hay por qué negarlo, producen mucha tensión. Dolor de espalda, nerviosismo excesivo, agresividad... Existen técnicas de relajación, basadas en la respiración diafragmática, por ejemplo, que son de utilidad para no perder la calma. Son perfectas para sobrellevar un atasco y muy sencillas de aprender. Verás como consigues llegar al trabajo y comenzar tu jornada laboral de mejor humor.
Parece una obviedad, pero no siempre lo hacemos. Tanto en verano como en invierno hay que ir perfectamente hidratados al volante. A veces, la calefacción del coche o el aire acondicionado generan demasiada sequedad en la garganta. La temperatura de nuestro vehículo no debería sobrepasar los 21 ó 22 grados. Acuérdate de regularla siempre y de llevar una botella de agua para no perder la hidratación.
Intentar salir de un atasco utilizando una conducción más agresiva no solo no sirve para lograr su propósito, sino que genera además una situación de estrés añadido. Es importante que evites los cambios de carril bruscos y que mantengas la distancia de seguridad. Como recomienda siempre la Dirección General de Tráfico, lo importante es llegar, aunque sea tarde.
Cada vez es más frecuente que varios compañeros de la oficina os pongáis de acuerdo para compartir coche a la hora de ir al trabajo. Siempre es una buena opción. Los atascos se pasan antes con una conversación de por medio. Además, el hecho de turnarse en la conducción facilita que no siempre sea la misma persona la que sufra el problema.
No siempre es posible, pero el transporte público en la mayoría de los casos es una buena opción. Autobús, metro, incluso las bicicletas que funcionan ya en la mayoría de las ciudades aportan todas las ventajas. Te libras de los atascos, probablemente llegas a la hora a tu trabajo, liberas al medio ambiente de tu cuota de contaminación y, si además optas por la bicicleta, encima haces ejercicio. ¿Te animas?
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