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Beneficios y contraindicaciones para la salud de las algas comestibles

VIDA SALUDABLE - 2 de septiembre de 2022

En los últimos años las algas han pasado a ser un alimento más entre los que habitualmente se consumen en las diversas dietas occidentales. Valoradas en la cultura oriental desde tiempos inmemoriales, en su llegada a los territorios occidentales han sido apreciadas por su alto valor nutritivo y su bajo contenido calórico. Concretamente, las algas son un ingrediente rico en vitaminas, fibra, oligoelementos esenciales y minerales: hierro, potasio, calcio, fósforo (ambos fundamentales para la formación de los huesos, el tejido conjuntivo, nervioso y muscular), así como magnesio. Del mismo modo, las algas también son una buena fuente de vitamina A, B, C y E; todas ellas nutrientes fundamentales para el funcionamiento celular, el crecimiento y el desarrollo.

No obstante, existen numerosas variedades dentro de este tipo de plantas marinas. No todas ellas son comestibles ni poseen las mismas propiedades y, precisamente por eso, es extremadamente importante saber qué beneficios puede aportarnos cada clase, al igual que conocer sus contraindicaciones. Por ejemplo, si bien el yodo es considerado un oligoelemento imprescindible para que las células realicen el metabolismo energético de forma correcta, siendo esencial para el funcionamiento del tiroides, algunas especies de algas poseen unos niveles excesivos de este mineral, por lo que es recomendable dosificar su consumo.

Las algas comestibles se caracterizan por la falta de raíz, hojas y flores. Están formadas únicamente por el tallo y en su mayor parte provienen del mar. Habitualmente estos ejemplares se clasifican en función del pigmento de sus células, pudiendo catalogarse entre verdes, rojas y pardas. Entre las primeras se encuentran algunas variedades como el alga Codium y la Lechuga de mar. Dentro de las algas pardas hallaríamos algunas de las más conocidas y utilizadas en las cocinas occidentales, como pueden ser las algas Nori o Wakame (comunes en la preparación de sushi, cereales, pastas y sopas, teniendo un alto contenido proteico, en vitaminas y yodo), además de las Kombu (con altos niveles de potasio y yodo) y el espagueti de mar, las almas Arame (ricas en vitamina A, B1, B2 y calcio), el alga Hiziki (con altos contenidos en fibra, calcio, fósforo y yodo), o el alga Cochayuyo. Por último, entre las algas rojas se incluirían otras especies como el alga Dulse y el Musgo de mar.

Sin embargo, este amplio conjunto de especies de plantas marinas comestibles requiere de una escrupulosa atención para evitar dañar nuestro organismo. Así lo indicaba el pasado octubre la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), tras conocer los resultados de estudios recientes y la opinión de su Comité Científico. Estos ponían de manifiesto que en general las algas pardas y, más concretamente, la variedad Kombu, contienen altas concentraciones de yodo que pueden ser perjudiciales para la salud, en especial para sectores de la población extremadamente sensibles a este mineral, como son las mujeres embarazadas o en período de lactancia y, en general, la población infantil y aquellas personas con problemas de tiroides. Esta advertencia se encuentra en sintonía con las opiniones científicas de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) sobre Análisis y Evolución del riesgo en Algas (2019).

Así pues, el Estudio Prospectivo para la determinación de Metales y Yodo en algas marinas que la AESAN realizó en 2019 en colaboración con otras autoridades competentes, establece que:

  • La gran mayoría de las especies Kombu y Hiziki exceden el límite de mercurio máximo establecido para algas, aunque, teniendo en cuenta su grado de concentración y la ración estimada diaria, no debería suponer un motivo de preocupación para la salud.
  • La evaluación del riesgo para el yodo, no obstante, sí podría llegar a ser alarmante. Sobre todo, en el caso del alga Kombu, cuyos valores de yodo son sumamente elevados.
  • Asimismo, según la evaluación de riesgo sobre arsénico inorgánico, tampoco se descarta que pudiese poner en peligro la salud el alto contenido de este encontrado en la variedad de alga Hiziki. Esta es la única especie cuya ingesta podría ser potencialmente peligrosa según la concentración de arsénico que contiene.

Por tanto, pese a los múltiples beneficios que pueden aportar las algas al organismo, desde las agencias y autoridades de seguridad alimentaria se recomienda moderar el consumo de algas en general (y en especial de las variedades ya mencionadas) entre las personas con disfunción tiroidea, enfermedad cardíaca o insuficiencia renal, así como entre los que toman medicamentos que contienen yodo o litio. Las mujeres embarazadas o en período de lactancia también son susceptibles de verse afectadas por la alta concentración de yodo y, en el caso de los niños, se recomienda mantener la precaución a la hora de proporcionarles nutrientes que contengan este mineral. Por último, la AESAN desaconseja totalmente el consumo del alga Hiziki por sus altos niveles de arsénico inorgánico.

 

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