VIDA SALUDABLE - 28 de febrero de 2025
En los últimos años, las algas han pasado de ser un alimento exótico a convertirse en un ingrediente cada vez más común, tanto en restaurantes como en nuestras propias mesas. Esto es debido a que las algas tienen un alto valor nutricional, a la vez que casi no aportan calorías. Sin embargo, consumir este alimento del mar conlleva tanto beneficios como posibles riesgos.
Las algas son ricas en vitaminas, minerales y oligoelementos esenciales. Contienen proteínas de alta calidad, fibra, y una gran variedad de vitaminas como A, B, C y E. Entre sus minerales destacan el hierro, potasio, calcio, fósforo y magnesio, además de ser una fuente de yodo. El consumo moderado de algas aporta beneficios para la salud cardiovascular, ayuda a la perdida de peso en las dietas, favorece la digestión, ayuda a mantener la flora intestinal y tiene propiedades antioxidantes.
Entre las algas más populares en la cocina encontramos:
Nori. Utilizada en la preparación de sushi, es rica en proteínas y vitamina B
Wakame. Se consume en sopas y ensaladas, destaca por su contenido en calcio y ácido fólico.
Kombu. Se utiliza principalmente para dar sabor a caldos y es una excelente fuente de yodo.
Espirulina. La podemos encontrar en forma de polvo, y tiene un alto contenido en proteínas y vitaminas.
Algunos de los principales riesgos del consumo elevado de algas son:
Algunas variedades de algas pueden contener un alto contenido en yodo, lo que puede afectar negativamente a la función tiroidea. Esto sucede especialmente en las algas pardas como la kombu.
Ciertas algas pueden acumular metales pesados como el arsénico, mercurio o cobre.
Debido a su alto contenido en yodo y minerales, el consumo de algas puede interferir con ciertos medicamentos, especialmente los relacionados con la tiroides.
Debido a estos riesgos, se recomienda moderar el consumo de algas (especialmente las variedades con alto contenido en yodo) y que las mujeres embarazadas, lactantes y niños pequeños tengan una mayor precaución. Además, las personas con problemas de tiroides, enfermedades cardíacas o renales deben consultar a su médico antes de incluir algas en su dieta de forma regular.
Las algas representan un alimento de gran valor nutricional que puede enriquecer nuestra dieta, siempre que las consumamos de una manera moderada. Las personas que deseen incorporar las algas a su alimentación deben empezar a consumirlas gradualmente. En caso de duda o si se pertenece a algún grupo de riesgo, consultar siempre con un profesional de la salud o un nutricionista.
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