SALUD DE LA PIEL - 30 de marzo de 2025
En este artículo, cuando hablamos de salud de la piel, hacemos referencia al cuidado de esta de manera preventiva a nivel de acné, manchas, rojeces o cómo cuidar y frenar el propio envejecimiento al igual que al cuidado de afecciones de la piel para los que las padezcan, ya sea dermatitis, psoriasis, rosácea, acné hormonal o complicaciones de la piel derivadas de otras patologías o enfermedades como son las autoinmunes.
Hay una gran variedad de aceites esenciales a base de plantas y son beneficiosos porque tienen propiedades cicatrizantes, calmantes si hay picor, tonificantes y antienvejecimiento para la piel. Antes de empezar a añadir productos nuevos, debemos hacer un primer paso en el que simplifiquemos los que usemos. Tendemos a utilizar que si cremas (día y noche), champús, maquillajes varios, gel de cuerpo, crema solar, etc. y cuantos más productos con más variedad pongamos en nuestra piel, mayor interacción habrá. Por lo que aplica la regla, ¡menos es más! Tanto a nivel de cantidad de productos como cantidad de ingredientes por producto.
La segunda norma, podría ser “busca lo natural” aunque ojo porque detrás de esta palabra puede haber mucho marketing escondido y poca claridad. Tenemos que pensar que todo lo que pongamos sobre nuestra piel, va a tener un efecto directo por lo que cuantos menos químicos, metales, microplásticos, etc. haya en sus ingredientes, mejor. La parte positiva de los aceites esenciales, vegetales o también llamados hidrolatos es que pueden cumplir varias funciones a la vez consiguiendo minimizar esta lista larga de ingredientes y productos.
En tercer lugar, debemos diferenciar del cuidado diario de nuestra piel con los días que suframos brotes y tengamos, por ejemplo, un eccema notorio. Los aceites esenciales tienen una concentración elevada por lo que ponerlos directamente en estos días sobre la piel, es fácil que tenga efecto negativo. Para ello, puedes aplicarlos en 1-2 gotas en cremas hidratantes o champús para que se diluya en esa dosis o consultar con un especialista para conocer la dosis adecuada en tu brote o caso particular.
Y, en cuarto lugar, te damos algunos ejemplos de aceites esenciales para tu piel.
Si tienes a piel dañada o sensible, puedes usar los de lavanda o ciste ladainfera, también conocido como jara.
Si tienes la piel apagada, el más útil es el de geranio bourbon y para antiedad, el que más afectos produce es el palo de rosa.
Cuando hay problemas en la piel, podemos usar palmarosa, indicado para malos olores corporales causados por una transpiración excesiva y por desajustes de microbiota en la piel por su efecto antibacteriano y antifúngico.
Una de las estrellas es el árbol del té, que sirve tanto para problemas dermatológicos como bucales como el mal aliento, respiratorios y vaginales.
Cuando hay acné o exceso de sebo en la piel, podemos optar por el romero ya que ayuda a regular esa producción de sebo, cicatriza y regenera la piel.
Y, si hay rojeces en la piel o rosácea, el más efectivo es el siempreviva amarilla por su poder antiinflamatorio y su acción en los vasos aparentes y enrojecimiento.
Para finalizar, recalcar la importancia de probar uno a uno, en una dosis inicial de 1-2 gotas en una parte del cuerpo no sensible, es decir, no la cara, y explorar la reacción. Como comentaba antes, los aceites esenciales tienen una concentración alta con efectos a dosis bajas por lo que es fundamental ir testeando con cuidado.
Mireia Elías Fernández, Dietista-Nutricionista y fundadora de Alimentación 3S.
Redactado por:
Alimentación 3S