HIPERTENSIÓN - 28 de septiembre de 2023
La sal es uno de los ingredientes más utilizados en nuestras comidas, ya que puede realzar los sabores y hacer que todo sea más apetecible. Sin embargo, utilizar un exceso de sal puede ser perjudicial para la salud, aumentando el riesgo de hipertensión y enfermedades cardiovasculares. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un máximo de 5 gramos al día. Afortunadamente, existen diversas estrategias que nos permiten reducir el consumo de sal sin perder el sabor en nuestras comidas.
Identifica las fuentes de sal oculta
La mayoría de la sal que consumimos proviene de alimentos procesados y envasados. Es lo que se conoce como "sal oculta". Productos como el pan, los aperitivos, los embutidos, las salsas, e incluso los dulces, pueden contener sal. Leer la etiqueta de información nutricional de los alimentos envasados proporciona información sobre el contenido de sodio y nos permite elegir los que sean bajos en sal.
Sustituye la sal por hierbas y especias
Una de las formas más efectivas de reducir el consumo de sal sin perder el sabor es sustituyéndola por hierbas y especias. El romero, el tomillo, el orégano, el comino, la albahaca, la nuez moscada o el curry pueden realzar el sabor de nuestras comidas. Además, muchas hierbas y especias también tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
Entrena tus papilas gustativas
Aunque la sal puede tener un efecto adictivo, nuestras papilas gustativas pueden adaptarse y aprender a disfrutar de alimentos con menos sal. Reducir gradualmente la cantidad de sal en las comidas y dar tiempo a nuestras papilas gustativas para adaptarse es clave para cambiar la percepción del gusto y disfrutar de una dieta baja en sal.
Cocina en casa
Preparar nuestras comidas en casa nos da un mayor control sobre la cantidad de sal que agregamos a los platos. Podemos seguir recetas que hagan uso de hierbas y especias para realzar el sabor en lugar de depender de la sal. Al cocinar en casa, también podemos evitar el uso de alimentos procesados y envasados, lo que contribuirá a reducir nuestro consumo de sal.
Utilizar productos reducidos en sodio
En el mercado, podemos encontrar opciones bajas en sal de muchos alimentos, como embutidos, quesos, salsas o encurtidos. Optar por estas alternativas nos permitirá disfrutar de los mismos alimentos, pero con menos sal.
Reducir el consumo de sal sin perder el sabor en nuestras comidas es posible y beneficioso para nuestra salud. Con estos cambios, podremos disfrutar de comidas deliciosas y y saludables al mismo tiempo.
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