¿Qué es la hipertensión gestacional?

HIPERTENSIÓN - 23 de junio de 2022

Cuando hablamos de hipertensión nos referimos al aumento de la presión arterial, es decir, a la fuerza que la sangre ejerce contra las arterias.
Se trata de la complicación médica más frecuente en el embarazo.
Durante la gestación, pueden presentarse diferentes tipos de hipertensión y, dependiendo de su tipología, pueden representar mayor o menor riesgo, tanto para la madre como para el feto.

Hipertensión arterial crónica

Cuando una mujer presenta una presión arterial alta antes de quedarse embarazada hablamos de hipertensión crónica. Este tipo de hipertensión no desaparece después del parto y debe ser controlada de forma regular por el especialista.

Además, la gestante deberá someterse a un test de orina para analizar la presencia de proteínas y poder controlar así el riesgo de preeclampsia.

Hipertensión arterial gestacional

También se denomina transitoria y se presenta de forma tardía, a partir de la semana 20 de gestación. Su riesgo suele ser de leve a moderado y tiende a desaparecer después del parto. El especialista controlará los niveles de proteína mediante análisis semanales.

Suele presentarse en pacientes que tienen enfermedad renal, en embarazos múltiples, en las mujeres diabéticas o en las que ya presentaban presión arterial alta, antes del embarazo.

Preeclampsia

Este trastorno se caracteriza por una alta presión arterial unida a la presencia de proteínas en la orina. Suele desaparecer después del parto. Los expertos suelen fijar el límite máximo de la alta en 140 mmHg y el mínimo de la baja en 90 mmHg.

Es muy común que se presente en el segundo o en el tercer trimestre, a partir de la semana 32. Es más frecuente en mujeres con hipertensión y diabetes previas al embarazo y en pacientes con enfermedades autoinmunes. Además, los estudios demuestran que el doble de frecuente en mujeres de raza negra.

Además de dañar los riñones de la futura madre, la preeclampsia también puede afectar a otros órganos, como el higado o el cerebro, por lo que es muy importante detectarla y combatirla, para preservar tanto la salud de la madre como la del feto.

Los principales síntomas son aumento repentino de peso, dolores de cabeza persistentes, dificultad para respirar, cara hinchada, proteína en la orina o, en casos muy graves, pérdida de visión, náuseas y vómitos.

Controlar la hipertensión en cualquier etapa de la vida y sobre todo, durante el periodo de gestación es muy importante si queremos conservar nuestra salud y no enfrentarnos a problemas mayores.
Seguir las recomendaciones de los profesionales médicos y las pautas que estos nos den es de vital importancia.

Fuentes: