HIPERTENSIÓN - 8 de febrero de 2024
Cuando hablamos de hipertensión, el apodado “mal silencioso”, hablamos de una de las principales causas de muerte prematura en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 46% de los adultos hipertensos desconocen que padecen esta afección. No solo eso, sino que, además, la hipertensión se diagnostica y trata en menos de la mitad de los adultos que la presentan. Y, ¡por si fuera poco!, apenas uno de cada cinco adultos con hipertensión tiene bajo control esta dolencia.
¿Por qué descuidamos esta enfermedad? Una de las principales causas es la falta de adherencia al tratamiento. Este compromiso con nuestro cuidado cuando padecemos una enfermedad es entendido como la colaboración y participación activa entre el paciente y su tratamiento con el fin de obtener unos mejores resultados más allá de recibir las indicaciones de los médicos. En este sentido, la adherencia a un tratamiento comprende desde el inicio del diagnóstico hasta la implementación de la prescripción y la continuación o no de la terapia.
Además, debemos tener en cuenta que, para cuidar los efectos de la hipertensión, además de medicamentos, debemos tomar cambios en nuestro estilo de vida que son difíciles de incorporar. Por ejemplo, llevar una dieta saludable, perder peso, comenzar a hacer ejercicio o dejar de fumar o beber alcohol. Todo ello son cambios difíciles de incorporar que requieren una dosis extra de motivación y compromiso.
Hay muchas circunstancias diferentes para que un paciente de hipertensión tenga problemas con la adherencia a su tratamiento, pues factores como la edad, la ayuda familiar o la existencia de problemas cognitivos influyen a menudo.
Una de las causas que no debemos subestimar es el acceso y el coste de los medicamentos, claramente esenciales para la adherencia. Así, si el paciente no cuenta con un seguro que le garantice un cuidado médico de calidad, tendrá más dificultades para cuidar de su dolencia. De hecho, según la OMS, en el mundo hay 1280 millones de adultos (entre los 30 y 79 años) con hipertensión la mayoría de ellos (cerca de dos tercios) vive en países de ingresos bajos y medianos.
Otra de las causas puede ser la suspensión prematura del tratamiento. Nada más ver una cierta mejoría en los síntomas, abandonamos el tratamiento y retomamos nuestro antiguo estilo de vida. También, la propia resistencia al tratamiento, pues debido al uso inadecuado de antibióticos podemos notar una menor efectividad en los tratamientos.
Con el fin de mantenernos motivados y cumplir debidamente con las pautas de nuestro médico, te ofrecemos estos consejos:
Desde el punto de vista médico: Dependiendo de la disponibilidad de alternativas, es importante que el profesional sanitario busque un régimen de tratamiento simple. Así, una pauta de dosis menos frecuente o combinar fármacos en una misma toma ayudará al paciente a cumplir con el tratamiento.
Informarnos sobre nuestra medicación: La buena comunicación médico paciente es una cuestión clave. Cuando asistas a la consulta, no dudes en preguntar todo lo que necesitas: pedir que te repitan la información de forma más clara o lenta, solicitar información por escrito, que el doctor/a muestre como tomar el medicamento o expresar tus dudas y miedos. El profesional sanitario está ahí para resolver tus inquietudes y ayudarte durante el proceso.
Sistemas de recuerdo: Si tienes problemas para recordar tu tratamiento, puedes confiar en alarmas en el móvil, una planificación en un calendario o pastilleros que puedes conseguir en la farmacia.
Involucra a tu entorno: El cuidado de la hipertensión es tu responsabilidad, pero en la medida de lo posible y si lo necesitas, puedes hacer partícipe a tu entorno para que te ayude con el tratamiento. Pide a tu cuidador o familia que te recuerde ciertos hábitos o que te ayude cuando estés desmotivado por no ver los resultados esperados.
Es complicado ver signos de mejora nada más comenzar un tratamiento. Y, si lo hacemos, es muy normal volver a los antiguos hábitos y luego costará el doble volver al tratamiento. Cuando comenzamos un plan médico, debemos saber que es un trayecto de larga duración y si bien lo hacemos con grandes expectativas, puede pasar mucho tiempo hasta que veamos mejoras. Por ello, consulta con tu médico y busca alternativas antes de desconfiar de la efectividad de tu tratamiento y abandonarlo sin previo aviso.
Redactado por:
Ana Gutiérrez Frutos
N.º. Col. M-33182. Psicóloga General Sanitaria