¿Te gustaría conocer tu pronóstico de esclerosis múltiple?

La respuesta no es sencilla. Imagina que padeces una enfermedad, de momento, incurable. ¿Te gustaría saber cómo va a evolucionar en un plazo, por ejemplo, de diez años? Un estudio realizado con pacientes con esclerosis múltiple ha revelado que la mayoría de los afectados por esta patología desearía poder conocer su pronóstico, aunque nunca ha tenido ocasión de hablarlo con su médico. Así lo revela el trabajo realizado por un grupo de científicos británicos que quisieron pulsar la opinión de más de 3.000 pacientes de esclerosis múltiple. Los resultados de la investigación han sido publicados recientemente en la revista PLOS ONE.
 

Escasa comunicación con el médico

¿Qué contestaron los afectados? La primera conclusión resulta sorprendente. Más de la mitad de los paciente consultados, en concreto el 53,1%, nunca había hablado con su neurólogo sobre cómo evolucionaría su enfermedad. Entre los que sí habían preguntado, el 46% lo había hecho por propia iniciativa.
 

¿Quieres saber cómo evolucionará tu enfermedad?

A la pregunta sobre el pronóstico de la enfermedad, una mayoría cualitativa, el 79,3%, contestó de forma afirmativa, aunque con matices. Los afectados quieren conocer cómo irá evolucionando su enfermedad, pero cuando se les pregunta si lo hubieran deseado saber en el momento del diagnóstico, el porcentaje de respuestas afirmativas se reduce hasta el 68,5%.

El imparable avance de las tecnologías, con nuevas herramientas de inteligencia artificial apoyadas en el big data, acerca cada vez más la posibilidad de conocer en un futuro no muy lejano cómo evolucionará la patología. El estudio británico también preguntó a los participantes sobre su voluntad de conocer estas nuevas herramientas. Casi nueve de cada diez, el 88,6%, respondieron de forma afirmativa. Casi todos ellos preferirían, eso sí, que en la utilización de estas tecnologías estuvieran acompañados por un profesional médico.
 

Saber o no saber, esa es la cuestión

Conocer el pronóstico de una enfermedad para la que, de momento, no existe cura, tiene pros y contras que hay que meditar.

• Ayuda a decidir el tratamiento inicial y los medicamentos más eficaces para ralentizar la progresión.
• También puede facilitar la toma de decisiones vitales y, si además el pronóstico es bueno, puede también aliviar el estrés y la ansiedad.
• Puede ocurrir, sin embargo, todo lo contrario. Es posible que ante un mal pronóstico, el paciente experimente malestar emocional y decida incluso abandonar la medicación.

La importancia del estudio de PLOS ONE reside en que permite anticipar un futuro no muy lejano. El desarrollo de nuevas herramientas pronósticas permitirá a los pacientes prever el desarrollo de su patología. Estar preparados siempre es la mejor opción.