ESCLEROSIS MÚLTIPLE - 24 de marzo de 2023
Actualmente, las personas que padecen esclerosis múltiple se clasifican en dos categorías dependiendo de la forma en que se manifieste la enfermedad: la Primaria Progresiva, que se caracteriza por aquella esclerosis múltiple cuyos síntomas van apareciendo de forma gradual y constante, y por otro lado, la Remitente-Recurrente, la que se considera mayoritaria en los casos de esta enfermedad y caracterizada por fuertes brotes y periodos de calma en los que el paciente puede recuperar ciertas habilidades.
Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores del Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (CEMCAT) y del grupo de investigación en Neuroinmunología Clínica del Vall d’Hebron Instituto de Investigación, ha hecho que diferentes científicos cambien su opinión respecto a la actual clasificación de la esclerosis múltiple. La investigación descubre cómo desde el principio de la enfermedad, cuando todavía los síntomas son muy leves, un número de pacientes clasificados como recurrentes-remitentes empeoran independientemente de los brotes, argumento que pone en cuestión la actual clasificación.
Los pacientes con esclerosis múltiple del tipo Remitente-Recurrente, según la definición actual, no empeoran entre los brotes. La investigación ha conseguido aclarar que uno de cada cuatro pacientes experimentará al menos un incidente de Progresión Independiente de Brotes (PIRA) en los primeros doce años. Nos referimos a PIRA como cualquier aumento del nivel de dependencia que haya experimentado el paciente en el periodo entre brotes sin ninguna causa externa.
Por tanto, que un paciente con esclerosis múltiple sufra un episodio de PIRA supone que tendrá un diagnóstico más grave: una discapacidad mayor y evolucionada. Una persona que se encuentre en un nivel de esclerosis múltiple avanzado, y que en su día a día no pueda llevar a cabo las actividades cotidianas y necesite ayuda para desempeñar cualquier función, puede empeorar su pronóstico si sufre un episodio de PIRA durante los cinco años posteriores al proceso de desmielinización, momento en el que los nervios del sistema nervioso dejan de estar protegidos.
El número de pacientes con brotes de PIRA aumenta con el tiempo que hace que tienen la enfermedad. Durante los primeros cinco años representan un 8%, a los doce un 25% y pasados 22 años el 50% de los pacientes habrán sufrido algún episodio.
Los resultados y conclusiones suponen que este estudio haya servido para calificar de inválida o inservible la clasificación marcada hasta ahora. Los investigadores están de acuerdo en que ha servido para decidir qué pacientes se beneficiarían de los medicamentos existentes, pero en la actualidad, los nuevos esfuerzos terapéuticos se centran en disminuir la discapacidad derivada de la esclerosis múltiple y se necesita un nuevo modelo de clasificación mas preciso para administrar los tratamientos, bajo un criterio que tendrá en cuenta episodios de PIRA y cualquier otra situación que suponga el avance de la enfermedad.
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