ALERGIA - 25 de junio de 2021
El aumento de las enfermedades alérgicas puede estar vinculado a una mayor exposición a alérgenos en el interior de las viviendas. Dado que la mayor parte de las personas podemos llegar a pasar hasta un 95% de nuestro tiempo en espacios cerrados, la calidad del aire es muy importante en los procesos alérgicos.
Debido a que cada vez vivimos en pisos más pequeños y, a la falta de ventilación para conservar energía y calor en el hogar, los alérgenos se acumulan cada vez más en el interior de las casas. El ácaro del polvo es el alérgeno de interior más importante, ya que está presente todo el año y es muy difícil de evitar.
Los ácaros producen potentes alérgenos, capaces de desencadenar síntomas respiratorios y cutáneos en personas sensibilizadas. Aunque se han descrito más de 40.000 especies de ácaros, los relacionados con la patología alérgica no superan las 25. Los más relevantes son los denominados ácaros del polvo doméstico. Son prácticamente invisibles para la mayoría de las personas.
Los ácaros causantes de alergia se localizan en dos tipos de hábitats diferentes: viviendas y almacenes. El principal factor para el crecimiento de los ácaros es una humedad relativa entre el 50% y 75% y una temperatura ambiental entre los 25 y 30ºC. Están asociados al hombre, ya que se alimentan de los restos orgánicos, como escamas de piel muerta.
Los ácaros son una causa habitual de enfermedad respiratoria (rinitis y asma alérgica) en todo el mundo, entre el 50 y el 85% de los asmáticos están sensibilizados a ellos. La exposición a niveles ambientales elevados de alérgenos de ácaros incrementa el riesgo de desarrollar asma en los niños durante el primer año de vida y desarrollar síntomas más graves a una edad más temprana. Aunque hay ácaros todo el año, se concentran más en primavera y otoño, épocas favorables para su desarrollo.
Más de la mitad de los pacientes con asma tienen alergia subyacente. Aproximadamente el 50% de los pacientes con enfermedad alérgica respiratoria por ácaros padecen tanto asma como rinitis alérgicas perenne, enfermedades de larga duración que pueden afectar a la vida diaria. La alergia a los ácaros produce frecuentemente rinoconjuntivitis, ojos llorosos con picor, asma bronquial, dermatitis atópica, ronquidos, congestión nasal y estornudos, picor y dolor de garganta, boca seca, tos nocturna, alteración del sueño y sensación de cansancio.
Los pacientes con asma alérgica:
Muchos pacientes asmáticos no logran un buen control de los síntomas con la terapia inhalada. El tratamiento integral de la enfermedad alérgica respiratoria por ácaros se basa en:
Los ácaros del polvo están presentes en todas partes: en el trabajo, en casa y especialmente en el dormitorio. Las camas (colchones, almohadas, mantas, edredones y somieres) son su hábitat ideal, ya que aportan la temperatura y humedad necesarias para su desarrollo, pero sobre todo porque en los colchones existen gran cantidad de epitelios humanos que les sirven de alimento. Otros hábitats son las alfombras, los muebles tapizados y la ropa. Los ácaros de depósito o de almacenamiento se encuentran principalmente en almacenes donde se depositan alimentos, cereales, harinas, heno y en granjas.
El control de los ácaros en el interior de los domicilios es muy complicado por la cantidad de fuentes en las que se pueden encontrar y porque puede existir traslado de una habitación a otra. La cama y el dormitorio son los lugares principales para realizar las medidas de evitación.
Algunas de las medidas de control de los ácaros que se pueden llevar a cabo son:
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