DÉFICIT DE ATENCIÓN - 6 de octubre de 2024
El Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una condición que afecta a millones de niños en todo el mundo. Se caracteriza por las dificultades para mantener la atención, controlar los impulsos y regular su actividad física, y puede presentar desafíos en el ámbito académico y social. Con actividades diseñadas para estos niños, pueden manejar sus síntomas y desarrollar habilidades que les servirán toda la vida.
La música es una herramienta eficaz en el manejo del TDAH. Aprender a tocar un instrumento no es solo una actividad que puede ser placentera, sino que también es un ejercicio que involucra múltiples áreas del cerebro simultáneamente. Cuando un niño con TDAH aprende música está ejercitando su concentración, memoria y desarrollando habilidades de planificación. Además, la satisfacción de tocar música puede aumentar la autoestima y proporcionar una salida para el exceso de energía.
Otra actividad que ha demostrado resultados es la terapia con animales, especialmente con perros. Esta terapia va más allá de la interacción con una mascota, sino que el niño aprende a cuidar, entrenar y comunicarse con el animal. Se fomenta la responsabilidad, la empatía y la paciencia, además de reducir la ansiedad y la hiperactividad. También, la interacción con animales puede mejorar las habilidades sociales de los niños.
El deporte es un pilar fundamental en el manejo del TDAH. Más allá de los beneficios físicos que todos conocemos, el ejercicio regular tiene un impacto en la función cerebral. Los deportes de equipo, como el fútbol o el baloncesto, dan salida al exceso de energía y enseñan a trabajar en equipo, y seguir unas reglas. Los deportes individuales, como la natación o el atletismo, también pueden ayudar a mejorar la concentración y la autodisciplina.
El ajedrez también es herramienta terapéutica muy efectiva para niños con TDAH. Este juego requiere una gran concentración, planificación a largo plazo y la capacidad de prever las consecuencias de las acciones, todas ellas áreas en las que los niños con TDAH suelen tener dificultades. Por otro lado, les obliga a estar quietos y concentrarse durante períodos prolongados de tiempo. Además, el ajedrez enseña la importancia de pensar antes de actuar, ayudando así a controlar la impulsividad.
En los últimos años, prácticas como el mindfulness y el yoga han ganado reconocimiento para niños con TDAH. El mindfulness les enseña a observar sus pensamientos y emociones sin juzgarlos, una habilidad que puede ayudarles a manejar mejor la impulsividad y la frustración. El yoga por su parte les aporta una forma de canalizar la energía mientras se mejora la concentración.
Las actividades artísticas, como la pintura, la escultura o la artesanía, mejoran su concentración y la planificación, mientras les obligan a mantener la atención en los detalles. Además, el arte proporciona una salida para expresar sus emociones, permitiendo a los niños comunicar sentimientos que quizás no puedan expresar verbalmente.
Es importante destacar que estas actividades no deben considerarse como alternativas al tratamiento médico, sino como complementos que pueden potenciar los efectos de la terapia convencional.
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