SALUD PULMONAR - 26 de mayo de 2021
Cuando hablamos de los riesgos del tabaco y de los problemas que puede causar en la salud, tendemos a pensar en cualquier tipo de accidente cardiovascular, en enfermedades respiratorias, en patologías relacionadas con los dientes y las encías o en el envejecimiento físico de las personas fumadoras. Sin embargo, en un informe dado a conocer por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se advierte de que también tiene relación con diversas complicaciones que pueden surgir tras una intervención quirúrgica.
Según los resultados que se contemplan en el texto del organismo de las Naciones Unidas dedicado a la salud, aquellos pacientes que fuman no solo tienden a tener más complicaciones tras una cirugía, sino que se reducen cuando abandonan definitivamente este mal hábito o al menos lo dejan cuatro semanas antes de la operación.
Estas complicaciones, que las personas fumadoras corren un mayor riesgo de sufrir, pueden ir desde una cicatrización más lenta o deficiente, hasta disfunción cardiaca y pulmonar, así como diferentes infecciones. Mientras que, en aquellas que no consumen tabaco, el riesgo es menor.
Para fortuna de las personas fumadoras, al contrario que otros trastornos asociados al tabaquismo, esta situación se puede revertir. En el informe de la OMS, se asegura que aquellos pacientes que dejaron de fumar al menos cuatro semanas antes de entrar en el quirófano tenían menos riesgos de sufrir alguna complicación durante el postoperatorio y que los resultados mejoraron aún más en los casos en los que la persona había dejado el tabaco con seis meses de antelación.
Si nos centramos en dos elementos clave del consumo de tabaco, la nicotina y el monóxido de carbono, se puede entender a qué se debe este aumento del riesgo a sufrir alguna complicación postquirúrgica.
Estos dos elementos pueden hacer que los niveles de oxígeno en el organismo se encuentren por debajo de lo recomendable. Una situación que hace que el riesgo de presentar alguna dificultad de tipo cardiaco tras una operación aumente ostensiblemente.
Mientras que el riesgo a padecer alguna complicación pulmonar se debe al daño que ocasiona este mal hábito en los pulmones, dificultando el flujo de una cantidad adecuada de aire.
Informes como este presentado por la Organización Mundial de la Salud no hacen más que dar argumentos a las personas fumadoras para que dejen el tabaco. A la vista de estos resultados, hay algunas situaciones clínicas que, abandonado los cigarrillos, se pueden revertir y evitar, además de que demuestran que la calidad de vida mejora exponencialmente cuando se deja este hábito.
Por ello, desde Conectando Pacientes te animamos a abandonar esta práctica nociva para que tu salud y la de aquellos que te rodean no se vea perjudicada por el consumo de tabaco.
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Conectando Pacientes