Sufrir anemia predispone a padecer insomnio

Diversos estudios han demostrado que las personas con anemia tienen más probabilidades de sufrir insomnio, y viceversa. La anemia es una afección caracterizada por niveles bajos de hemoglobina en la sangre, que es esencial para transportar oxígeno por todo el cuerpo. Los síntomas comunes incluyen fatiga, debilidad y disminución general de los niveles de energía. Estos síntomas pueden ser bastante debilitantes y pueden interferir con las actividades diarias, incluido el sueño.

Si bien puede parecer que la anemia y el insomnio no están relacionados a primera vista, las investigaciones indican que existe una relación entre ellos. Por ejemplo, una investigación en la que participaron adultos mayores descubrió que el 66,3% de los participantes con anemia declararon tener insomnio, en comparación con el 58,5% de los que no tenían anemia¹. Esto sugiere que la anemia puede desempeñar un papel importante en los trastornos del sueño.

Las investigaciones han demostrado una mayor prevalencia de insomnio entre las personas con anemia, incluso si se tenían en cuenta otros factores como la edad y las enfermedades crónicas. Un metanálisis² indicó que las probabilidades de sufrir insomnio eran 1,39 veces mayores en las personas anémicas.

Las razones detrás de esta conexión son diversas. La fatiga asociada con la anemia puede alterar los patrones normales de sueño, haciendo que sea más difícil conciliar el sueño o permanecer dormido. Además, el estrés fisiológico que supone tener niveles bajos de hemoglobina puede contribuir a la ansiedad o al estrés, lo que complica aún más los problemas del sueño.

La deficiencia de hierro, una causa frecuente de anemia, se ha relacionado con una mala calidad del sueño. Las investigaciones indican que las personas con anemia por deficiencia de hierro suelen tener una peor calidad del sueño en comparación con las personas sanas³.

También hay estudios que sugieren que puede haber factores genéticos que vinculen la anemia y el insomnio. Se han identificado posibles componentes genéticos que ambas afecciones pueden compartir, lo que indica una base biológica para su correlación⁴.

El tratamiento y su impacto en el sueño

El tratamiento de la anemia, que a menudo incluye suplementos de hierro, se ha asociado con cambios en los patrones de sueño. Las personas sometidas a tratamiento para la anemia informaron de un aumento de las dificultades para dormir, lo que sugiere que el proceso de tratamiento en sí mismo podría influir en la calidad del sueño⁵.

Por otro lado, se ha demostrado que intervenciones como las transfusiones de sangre, especialmente en poblaciones específicas, como los pacientes con VIH, mejoran la calidad del sueño. Es probable que esta mejora se deba a un mayor suministro de oxígeno a los tejidos y a la reducción de la fatiga, lo que permite un mejor descanso general⁶.

Riesgo de anemia por insomnio

Curiosamente, la duración del sueño también puede influir en el riesgo de desarrollar anemia. Los estudios señalan que las personas que duermen menos de cinco horas por noche tienen un mayor riesgo de padecer anemia. Una posible explicación podría estar relacionada con el impacto del sueño en la producción y regulación de glóbulos rojos. Durante el sueño, el cuerpo realiza procesos de reparación y regeneración, incluyendo la producción de células sanguíneas en la médula ósea. Si una persona no duerme lo suficiente, estos procesos pueden verse comprometidos, lo que podría resultar en una disminución en la producción de glóbulos rojos. Además, la falta de sueño puede afectar negativamente la salud general y el sistema inmunológico, lo que podría aumentar la susceptibilidad a enfermedades que afectan la producción de glóbulos rojos o la absorción de nutrientes esenciales como el hierro, que es crucial para la formación de hemoglobina. Por el contrario, dormir en exceso (nueve horas o más) puede reducir el riesgo de anemia en las mujeres premenopáusicas ⁷.

Conclusión

Si una persona presenta síntomas de anemia y trastornos del sueño, es fundamental que consulte con médico para encontrar las causas y buscar un tratamiento eficaz para ambas, lo que redundará en su calidad de vida.

Bibliografía

1. Kara, O., Elibol, T., Okudur, S. K., Smith, L., & Soysal, P. (2022). Associations between anemia and insomnia or excessive daytime sleepiness in older adults. Acta Clinica Belgica. https://doi.org/10.1080/17843286.2022.2116895

2. Neumann, S., Li, J. J., Yuan, X. D., Chen, S. H., Ma, C., Murray-Kolb, L. E., Shen, Y., Wu, S., & Gao, X. (2021). Anemia and insomnia: a cross-sectional study and meta-analysis. Chinese Medical Journal. https://doi.org/10.1097/CM9.0000000000001306

3. Murat, S., Ali, U., Serdal, K., Süleyman, D., Ilknur, P., Mehmet, S., Bahattin, A., & Tunahan, U. (2015). Assessment of subjective sleep quality in iron deficiency anaemia. African Health Sciences. https://doi.org/10.4314/AHS.V15I2.40

4. Rathore, S. (2024). Exploring the Correlation between Insomnia and Iron Deficiency: Implications and Insights. Journal of Natural & Ayurvedic Medicine. https://doi.org/10.23880/jonam-16000454

5. Shah, S., Mason, B., Wills, C., Tubbs, A. S., Killgore, W. D. S., & Grandner, M. A. (2022). 0587 Sleep Problems are Associated with Treatment for Anemia in the US Population. Sleep, 45(Supplement_1), A258. https://doi.org/10.1093/sleep/zsac079.584

6. Obeagu, E. I. (2024). Addressing Sleep Disturbances: Blood Transfusions and Improved Sleep Patterns in HIV Patients. International Journal of Medical Sciences and Pharma Research. https://doi.org/10.22270/ijmspr.v10i3.113

7. Chun, M. Y., Kim, J. H., & Kang, J. S. (2021). Relationship between Self-Reported Sleep Duration and Risk of Anemia: Data from the Korea National Health and Nutrition Examination Survey 2016-2017. International Journal of Environmental Research and Public Health. https://doi.org/10.3390/IJERPH18094721