ANEMIA FERROPÉNICA - 6 de septiembre de 2024
La anemia se debe a una baja concentración de hemoglobina o glóbulos rojos en sangre. La hemoglobina se encarga de transportar el oxígeno desde los pulmones a los tejidos del cuerpo. Cuando sus niveles son bajos, el cuerpo no recibe suficiente oxígeno, lo que puede provocar síntomas como fatiga, debilidad y palidez. Factores que dan lugar a la anemia pueden ser deficiencias nutricionales como la falta de hierro, vitamina B12 o ácido fólico, también enfermedades crónicas, pérdidas de sangre o trastornos genéticos.
Las actividades diarias, como trabajar, estudiar, realizar tareas del hogar, hacer ejercicio físico o participar en actividades sociales, se vuelven más difíciles y agotadoras cuando se sufre de fatiga y debilidad. Como resultado, las personas con anemia tienden a reducir su nivel de actividad diaria para evitar el malestar y la fatiga. La falta de motivación e interés en actividades que solían disfrutar se asemeja a los síntomas que se experimentan en depresión, que junto con el agotamiento físico y la falta de energía provocan sentimientos de frustración e irritabilidad.
La falta de oxígeno en el cerebro impide a la persona concentrarse y procesar información, lo cual puede afectar en diferentes ámbitos de la vida como el académico o laboral creando preocupación, sentimientos de incompetencia y baja autoestima, resultando en malestar emocional.
La fatiga y la debilidad causadas por la anemia tienen un impacto en la participación en actividades sociales y recreativas que normalmente proporcionan una sensación de satisfacción y placer. Esta reducción en actividades satisfactorias puede llevar a sentimientos de soledad y aislamiento, los cuales son factores de riesgo para el desarrollo de una depresión.
Al causar la anemia fatiga y debilidad, se traslada como comentábamos antes a una reducción de la actividad diaria y participación en actividades satisfactorias. Esto impacta en la sensación de autoeficacia de la persona, causando síntomas de ansiedad por no poder llevar a cabo su vida de manera habitual. A la vez, podría causar síntomas de depresión debido al aislamiento y la falta de placer en el día a día. Al mantenerse la ansiedad y la depresión, se reduce aún más la motivación para reestablecer su rutina, perpetuando el circulo vicioso.
Para romper este círculo vicioso es crucial abordar los aspectos físicos para así ver su efecto en los síntomas emocionales.
El tratamiento médico de referencia para la anemia puede incluir suplementos de hierro, vitamina B12, o ácido fólico. Desde el enfoque nutricional se recomienda el aumento del consumo de alimentos ricos en hierro, vitamina B12 y ácido fólico tanto de fuentes animales como vegetales. Además, reducir alimentos que provocan una inhibición de la absorción del hierro como el té y el café.
Desde el enfoque psicológico, se recomienda un enfoque cognitivo-conductual que aborde los pensamientos limitantes relacionados con los efectos de la anemia, promover técnicas de manejo del estrés como la meditación, el yoga y la respiración profunda y fomentar de manera gradual la participación en actividades cotidianas y agradables que formaban parte de la vida del paciente antes de sufrir anemia.
Ana López Alonso - Psicóloga General Sanitaria M-35894 en Alimentación 3S.
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Alimentación 3S