EPILEPSIA - 6 de marzo de 2025
La epilepsia, enfermedad cerebral crónica caracterizada por provocar episodios de movimiento involuntario, es responsable de una proporción significativa de la carga mundial de morbilidad, pues afecta a más de 50 millones de personas1. Los pacientes de epilepsia tendían a no practicar actividad física, con el consiguiente aumento de su Índice de Masa Corporal (IMC). Con el tiempo se ha demostrado que no deben presentar tanta restricción por la práctica deportiva, ya que la mayoría de actividades no debería producir ataques inducidos2.
El deporte ha adquirido en la actualidad un grado de presencia en nuestras vidas realmente importante. Se tienen evidencias inequívocas del efecto beneficioso sobre diferentes sistemas orgánicos, de su ayuda en la prevención de distintas enfermedades, especialmente las de tipo cardiovascular y como coadyuvante al tratamiento farmacológico y no farmacológico de otras. Es por esto por lo que el concepto de prescripción de ejercicio ha empezado a primar, sobre todo en el ámbito médico, como un proceso por el cual, a una persona, sana o enferma, se le recomienda un régimen de actividad física individualizado y adecuado a sus necesidades, a diferencia del concepto clásico de prescribir o recetar un fármaco, un tratamiento o un procedimiento.
Varios estudios, entre ellos el de Eriksen et al3, han encontrado que la mayoría de los pacientes que realizaban ejercicio regular presentan un descenso en las descargas epileptiformes en el electroencefalograma (EEG). Eriksen, tras un programa de 15 semanas de ejercicio a pacientes epilépticos, vio que estos presentaban una reducción en los niveles de colesterol y un incremento del consumo máximo de oxígeno. Eso condujo a que los participantes redujesen sus dolores musculares, sus problemas de sueño, la fatiga y la frecuencia de sus crisis epilépticas4.
Deportes de contacto, como fútbol americano, fútbol, baloncesto y hockey no ha sido demostrado que induzcan ataques, por lo que los epilépticos no están imposibilitados para la participación. Además, estos deportes colectivos le ayudan a estar en contacto con más personas y a relacionarse5.
Se desaconsejan los deportes de colisión como el boxeo, kárate, ya que pueden sufrir golpes en la cabeza que le pueden provocar crisis epilépticas; y los deportes en medios que no sean el terrestre, como la natación o la escalada, ya que pueden sufrir ataques que pongan en peligro sus vidas.
Para que las personas con epilepsia hagan actividades físicas siempre es recomendable que sea de forma moderada y siempre acompañados de alguien que sepa gestionar una crisis epiléptica. Otros consejos:
Disponer de un reloj o un aparato que pueda medir los ritmos cardíacos
Profesores, monitores o cuidadores deben saber que el paciente tiene epilepsia y cómo gestionar una crisis
Precauciones para disminuir los daños, como por ejemplo cascos, flotadores, gimnasia en colchonetas…
El tratamiento del paciente epiléptico debe ser multidisciplinario y tener como objetivo mejorar la calidad de vida de estos pacientes y su situación psicosocial y laboral. El deporte con información, practicado en condiciones de seguridad, es un instrumento de enorme importancia para conseguir este objetivo.
Bibliografía consultada
Organización Mundial de la Salud- Epilepsia
EmásF- Epilepsia_y_actividad_fisica
Eriksen et Al. Physical exercise in women with intractable epilepsy
SEMERGEN / ELSEVIER-El ejercicio físico en la epilepsia
Asociación Coruñesa de Epilepsia- ¿Puedo practicar deporte si tengo epilepsia?
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Conectando Pacientes