ENF. DE CROHN - 5 de junio de 2025
Dolor abdominal, diarrea, cansancio, pérdida de peso… y un sinfín de síntomas más que no son fáciles de gestionar cuando condicionan tu día a día. Esto es la enfermedad de Crohn, una afección inflamatoria crónica del intestino.
Recibir un diagnóstico siempre es complicado, y en este caso no es distinto. Puede despertar en nosotros una montaña rusa emocional, que pase por la incertidumbre, la ansiedad, rabia, frustración, tristeza, miedo o enfado entre otras. Estas emociones a veces incluso derivan en vergüenza y aislamiento. Todos estos síntomas se consideran normales, y muchas personas que sufren esta enfermedad los experimentan en algún momento del proceso.
Y no, sentirse así no es un signo de debilidad, pero el estrés, las preocupaciones y la incertidumbre sobre la evolución de la enfermedad pueden intensificar los brotes, generando una espiral difícil de romper. Es por ello por lo que la salud mental es una parte crucial a la que atender cuando se vive con esta enfermedad.
La relación bidireccional entre el estrés y los brotes de Crohn es clara. Las emociones no gestionadas, actúan como un desencadenante o agravante de los brotes de la enfermedad. Las emociones intensas, el ritmo acelerado de vida, las exigencias laborales o las dificultades personales influyen en nuestro sistema inmunológico y pueden alterar el equilibrio intestinal. Un enfoque integral, por tanto, marcará la diferencia en el proceso de la enfermedad. Aquí proponemos algunas herramientas que pueden ayudar en la gestión de todos estos síntomas:
Aceptación y gestión emocional: Reconocer que la enfermedad forma parte de la vida, sin permitir que la defina por completo, y generar ese espacio para las emociones, permitirá una mejor gestión
Técnicas de relajación y respiración: Incorporar prácticas como la respiración profunda o la meditación puede reducir significativamente los niveles de ansiedad y mejorar la percepción del dolor. Por ejemplo, puedes usar Headspace, una plataforma digital que provee sesiones de meditación guiada y entrenamiento mindfulness.
Mindfulness o atención plena: Esta práctica invita a vivir el presente con conciencia. Ha demostrado ser eficaz para disminuir el estrés y mejorar la calidad de vida.
Apoyo psicológico profesional: Un psicólogo o psicóloga te ayudará en el desarrollo de habilidades de afrontamiento, la reestructuración de pensamientos negativos y trabajo de autoestima.
Busca una red de apoyo: Hablar con otras personas que tienen Crohn y compartir lo que vives con tu círculo cercano puede aliviar el aislamiento emocional.
Realiza ejercicio: el ejercicio es muy beneficioso tanto para el cuerpo como para la mente y la gestión de emociones. Encuentra una actividad que te guste y disfrutes.
Prioriza hábitos de sueño saludables: tener un buen descanso por las noches ayuda a un mejor manejo de las emociones. Establece rutinas, deja pantallas 2 horas antes de dormir.
La enfermedad de Crohn puede suponer un gran desafío, pero no tiene por qué ser una lucha en solitario. Aprender a manejar el estrés, conocer los propios límites y cuidar la salud mental son pasos fundamentales para recuperar el control y encontrar, poco a poco, una mayor calma en el día a día.
Lucía Ongil, Psicóloga Sanitaria M-35082 en Alimentación 3S.
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Alimentación 3S